El BCE deja desprotegido al sur de Europa frente a la amenaza de la prima de riesgo

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El BCE deja desprotegido al sur de Europa frente a la amenaza de la prima de riesgo

El riesgo país de Italia se aproxima a la "zona de peligro" de los 250 puntos básicos, mientras que el de España ya roza los 125.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde

La presidenta del BCE, Christine Lagarde

La prima de riesgo no está en los 250 puntos básicos como dijo esta semana Alberto Núñez Feijóo en su intervención en el Senado, pero el rally de los tipos de interés es generalizado en el mercado y el coste de financiación de las economías periféricas del euro sigue subiendo, elevando el riesgo de fragmentación financiera del bloque.

El riesgo país de España -la diferencia entre la rentabilidad del bono a 10 años con el bund alemán- sigue escalando y supera ya los 125 puntos básicos, ligeramente por debajo de Portugal. El panorama es más complicado para Italia.

La diferencia de rendimiento entre la deuda italiana a 10 años y su homóloga alemana se ha ampliado este viernes por tercer día consecutivo hasta los 235 puntos básicos, máximos en dos años, y se aproxima al umbral de los 250 puntos que algunos estrategas ven como “zona de peligro”.

Ayer, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, subrayó la determinación de la autoridad monetaria para detener la llamada fragmentación dentro de la zona del euro al explicar sus planes para comenzar a subir los tipos de interés a partir de julio.  Sin embargo, algunos analistas han echado en falta que detallara alguna herramienta -como otro programa de compra de bonos- que consideran necesario para evitar que las condiciones financieras se endurezcan de forman desproporcionada en las economías mediterráneas más endeudadas cuando el BCE endurezca su política monetaria en los próximos meses.

Desde 2015, el BCE ha comprado bonos de los Estados miembros, limitando sus costes de endeudamiento. Y desde marzo de 2020 el su plan de estímulo de emergencia para hacer frente a la pandemia de coronavirus (PEPP, por sus siglas en inglés) ha permitido a la periferia pedir préstamos más baratos.

Tras la reunión de ayer de política monetaria, el BCE señaló que, si se renueva la fragmentación, las reinversiones de PEPP se pueden ajustar “de manera flexible según el tiempo, las clases de activos y las jurisdicciones en cualquier momento”.  También que las compras netas en el marco del PEPP podrían reanudarse, si fuera necesario, para contrarrestar las perturbaciones negativas relacionadas con la pandemia.

De este modo, según explica El Confidencial, el BCE podrá usar los vencimientos de bonos alemanes para comprar deuda española o italiana, por ejemplo, y así contener las primas de riesgo. Ya que no inyectará liquidez extra, como ha hecho en los dos últimos años, para centrarse en contener la inflación.

ENTRAR EN MODO CRISIS

Pero según señala Jorge Garayo, estratega de tipos de Société Générale -y recoge Bloomberg-,  “un enfoque tan vago hacia la creación de un tope para los diferenciales significa que el mercado de deuda pública europea debe entrar primero en el modo de crisis y en la ampliación injustificada de los diferenciales antes de que el BCE actúe».

En la misma línea se pronuncia Wolfgang Bauer, gestor de M&G, quien cree “serían necesarios un deterioro importante de los fundamentos económicos y una corrección precipitada del mercado para volver a incluir las compras de activos en la agenda”.

El aumento de la prima de riesgo también se ha extendido a la deuda griega, más sensible aún que la del resto de economías del sur, al subir 21 puntos básicos, hasta los 289 puntos. La rentabilidad de sus bonos a 10 años está ya en el 4,41%, el más alto en más de tres años.

Aunque hasta ahora los movimientos han sido «ordenados», según los analistas de ING, no está claro cuánto tiempo continuará así si los responsables de la política del BCE no toman más medidas, añade la agencia estadounidense.

Para algunos estrategas, existe el riesgo de que los países más endeudados se vean sometidos a tanta presión por el aumento de los costes de los préstamos que obliguen al BCE a dejar de subir los tipos.

«No tiene mucho sentido que el BCE suba los tipos de forma agresiva, provoque una fragmentación y luego introduzca una nueva herramienta para contrarrestarla», ha apuntado Citrigroup en una nota a clientes.

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