El petróleo subirá entre 6 y 38 dólares por las tensiones geopolíticas, según el BdE

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El petróleo subirá entre 6 y 38 dólares por las tensiones geopolíticas, según el BdE

La debilidad de la demanda mundial de petróleo, vinculada a la desaceleración inducida en China por la crisis del coronavirus, ha tendido a deprimir los precios.

Extración de petróleo

El Banco de España estima que el surgimiento de nuevas tensiones geopolíticas en Oriente Medio podría afectar entre un 0,8% y un 4% de la producción mundial de petróleo y, en consecuencia, elevar el precio del barril de crudo el primer mes en un máximo de 38 dólares en el escenario ‘adverso’ y de 6 dólares en el ‘moderado’.

Así figura en un recuadro sobre tensiones geopolíticas y precio del petróleo, publicado por el organismo este miércoles, en el que explica que la evolución de los precios del petróleo viene determinada por factores de oferta y de demanda. Así, añade que en los últimos meses la debilidad de la demanda mundial de petróleo, vinculada en «gran medida» a la desaceleración inducida en China por la crisis del coronavirus, ha tendido a deprimir los precios de esta materia prima.

Además de por la dinámica derivada de las fluctuaciones cíclicas de la economía, el Banco de España indica que el precio del petróleo se ve afectado regularmente por eventos de carácter geopolítico, y en particular por conflictos vinculados a Oriente Medio, entre otros. Estas tensiones han tendido a aumentar su frecuencia recientemente, a partir de mayo de 2018, cuando Estados Unidos se desvinculó del acuerdo nuclear, con algunos episodios de especial intensidad a finales de 2019 y principios de 2020.

Así, en el escenario menos adverso de tensiones en Oriente Próximo, denominado ‘moderado’, el Banco de España supone una caída en la producción de petróleo de 800.000 barriles por día (mb/d), un 0,8% de la producción mundial, equivalente a las exportaciones actuales combinadas de Irán (unos 300 mb/d) y del norte de Irak (500 mb/d adicionales).

Por su parte, en el escenario denominado ‘adverso’ calcula que la perturbación afecta al 4% de la producción global de petróleo, lo que equivaldría a sumar a la disrupción del escenario anterior otra semejante a la que se produciría si el suceso se extendiera al resto del territorio de Irak, segundo productor y exportador de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

El ejercicio no considera sucesos mucho más extremos, como podría ser el bloqueo del estrecho de Ormuz, paso estratégico por el que circulan cerca de 15 millones de barriles al día, dado que no existen precedentes históricos de un suceso de estas características.

Los resultados de las simulaciones indican que, tras el evento, el precio del barril de crudo se incrementaría en el primer mes en un máximo de 38 dólares en el escenario adverso y de 6 dólares en el moderado. A partir de dichos máximos, los precios se reducirían. De esta manera, respecto al escenario central, en seis meses el incremento medio se situaría en 20 dólares en el escenario adverso y en 4 dólares en el moderado.

No obstante, el Banco de España matiza que las estimaciones resultan de patrones históricos medios, pero existe evidencia de que la sensibilidad del precio del petróleo a perturbaciones de oferta y de demanda podría ser inferior en la actualidad. «Los factores mitigadores apuntados anteriormente podrían estar actuando ahora con mayor intensidad», asegura.

Entre estos factores, destaca la elevada capacidad excedente en la OPEP, estimada actualmente en 3,4 millones de barriles/día, los notables niveles de inventarios globales y de reservas estratégicas, equivalentes a unos 92 días de producción mundial para los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), y el auge, desde 2011, de la producción de crudo no convencional en Estados Unidos (shale oil), que ha convertido a este país en el primer productor mundial, superando a Arabia Saudí y a Rusia.

En particular, este último factor ha venido desempeñando un papel creciente en la evolución del precio del petróleo en la última década, apunta el organismo, que resalta que, comparado con la producción de crudo tradicional, el shale oil tiene un período de inversión y maduración mucho menor, que permite una reacción «muy rápida» de la oferta ante perturbaciones que tiendan a elevar el precio del crudo.

Esto conduce a una oferta bastante elástica a medio plazo y favorece la estabilidad de los precios. Así, los aumentos de los precios tienden a llevar aparejadas rápidas perforaciones de nuevos pozos en un plazo de menos de seis meses. Además, añade, la productividad de los productores norteamericanos ha aumentado considerablemente desde finales de 20159.

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