Los trabajadores de Caja 3 se concentran hoy en Zaragoza, Badajoz, Madrid y Burgos para protestar por el trato “injusto” recibido por parte de la dirección de la entidad y para exigir una negociación justa en la que se planteen otras opciones antes de los 592 despidos y el cierre de 187 oficinas.
Miguel Ángel Villalba, coordinador de CCOO en Caja 3, ha señalado en declaraciones a la agencia Efe que los empleados se sienten “muy preocupados” e “indignados” con la reestructuración planteada para que la integración con Ibercaja sea viable. Las concentraciones son una respuesta al fracaso de la última reunión, celebrada en Madrid el pasado viernes y que concluyó después de cinco horas de negociación con las posturas de ambas partes “muy alejadas”.
Mañana, día 11, volverá a reunirse la dirección con los representantes de los trabajadores. Lo cierto es que ambas partes tienen apenas diez días para llegar a un acuerdo, ya que el día 20 es la fecha límite impuesta por Bruselas para aprobar los planes de reestructuración y recapitalización de las entidades que no alcanzan el capital exigido.
Caja 3, que cuenta actualmente con una plantilla de 2.573 trabajadores, pretende llevar a cabo un recorte de 592 empleados: 128 puestos de servicios centrales, a 409 trabajadores de oficinas y a 55 plazas de apoyo a la red comercial.
Las indemnizaciones serían de entre 28 y 30 días por año trabajado, con un tope de 18 mensualidades, más generosas de lo que contempla actualmente la reforma laboral. En el principio de acuerdo alcanzado para la fusión de Ibercaja y Caja 3, la entidad que preside Amado Franco ya avisaba de que la operación estaba “condicionada a la aprobación de las ayudas públicas solicitadas por Caja 3”. En ese sentido, avisaba de que “las obligaciones” que pudiesen imponer las autoridades con motivo de haber recibido apoyo financiero del FROB, afectarían “exclusivamente a Caja 3”.
Si finalmente sale adelante el proceso, Ibercaja controlará un 87,5% del nuevo banco, y Caja 3 un 12,5%. El banco de CAI, Caja Círculo y Caja Badajoz necesita 779 millones de euros para cumplir con el test de estrés de Oliver Wyman, que no puede conseguir por sus propios medios.
