La reestructuración de las cajas transforma el mapa financiero español

Economía

La reestructuración de las cajas transforma el mapa financiero español

• La ‘fusión fría’ entre Caja Madrid y Bancaja crea la primera entidad del país por activos

La reestructuración en la que se han involucrado las cajas de ahorros ha provocado la mayor transformación del mapa financiero español de las últimas dos décadas. A pesar de las reticencias iniciales tanto de las propias entidades como de los Gobiernos autonómicos y de los sindicatos mayoritarios, finalmente el proceso tomó cuerpo avanzada la primavera, gracias a la nueva regulación para el sector, impulsada por el acuerdo entre el Gobierno central y la oposición, y que permitirá a las cajas acceder a los mercados de capitales.

El acuerdo alcanzado por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, en el mes de mayo, supuso el punto de inflexión definitivo para impulsar la reestructuración de las cajas de ahorros. Si antes de la crisis se contabilizaban 45 entidades de este tipo, el mapa financiero deja por el momento 18 grupos. De hecho, 40 cajas participan en algún proceso de integración, lo que supone un 94% de los activos del sector, a la espera de una segunda oleada de fusiones que ha comenzado ya de la mano de Banca Cívica y Cajasol. La reforma de la LORCA (Ley de Órganos Rectores de las Cajas de Ahorros) introdujo modificaciones esenciales en dos aspectos; por un lado, abrió el camino de las cajas a los mercados de capitales mediante la emisión de cuotas participativas con derechos políticos, y por el otro, redujo el peso de los políticos en los órganos de gestión de las entidades. No obstante, no han faltado críticas al nuevo texto. Algunos sectores, especialmente los sindicales, han señalado que abre la puerta a una privatización del sector.

Caja Madrid. En un primer momento, las integraciones abarcaron a cajas de tamaño medio y pequeño, hasta que Rodrigo Rato, que este mismo año accedió a la presidencia de Caja Madrid, dio un golpe de timón a mediados de junio, cuando Caja Madrid y Bancaja anunciaron que formarán, junto a otras cinco entidades de menor tamaño, la mayor caja de ahorros de España y la tercera entidad del país tras Banco Santander y BBVA, con unos activos valorados en 340.000 millones de euros. La suma de Bancaja a este proceso liderado por Caja Madrid y en el que también se incluyen Caja de Ávila, Caja Insular de Ahorros de Canarias, Caixa Laietana, Caja Segovia y Caja Rioja, se vio favorecido por las presiones a las que se enfrentaba la entidad valenciana desde que la agencia de calificación Fitch le rebajase el rating. Si se cumplen los plazos, la nueva entidad, cuyo nombre podría ser Júpiter, empezará a operar el 1 de enero de 2011, aunque la integración total de las plataformas llevará más tiempo. El máximo órgano de gestión de la entidad estará formado por 21 consejeros mientras que la comisión ejecutiva la integrarán 11 miembros. El presidente ejecutivo será nombrado por Caja Madrid (entidad que tendrá un peso en el nuevo grupo del 52,06%) y el vicepresidente, a propuesta de Bancaja (con un peso del 37,70%). La sede social estará en Valencia, mientras que la sede operativa estará en Madrid. La Caixa, todavía la mayor caja de España, se ha mantenido por el momento más al margen del proceso de reestructuración, aunque la apuesta de Caja Madrid y Bancaja podría provocar que entrase con fuerza en una eventual segunda oleada de fusiones para recuperar su ‘número 1’ en el ranking de las cajas españolas. Por el momento, La Caixa ha absorbido la pequeña Caixa Girona.

Modelo. El modelo favorito de integración del sector ha sido hasta el momento la creación de Sistemas Institucionales de Protección (SIP), o fusiones frías, que mantienen la naturaleza jurídica de las entidades presentes en los procesos, aunqeu deben agruparse bajo una ficha bancaria. Este modelo híbrido, que evita las interferencias de los Gobiernos autonómicos, está previsto para respetar las “diferentes sensibilidades territoriales”, según fuentes del propio sector, aunque no pocos expertos dan por seguro que los procesos culminarán en una fusión completa.

Intervenciones
A pesar de las dificultades que han atravesado las entidades durante la crisis financiera, apenas dos cajas de ahorros han tenido que ser intervenidas durante la crisis por el Banco de España. El primer caso fue el de Caja Castilla La Mancha, intervenida en marzo del pasado año y comprada posteriormente por Cajastur a través de su filial bancaria (banco Liberta). Banco Castilla La Mancha, su nueva denominación, comenzó a operar en octubre. La otra intervención a la que se vio obligado el Banco de España fue la de la cordobesa Cajasur, tras unas infructuosas negociaciones entre la entidad, controlada por el Cabildo catedralicio de Córdoba, y Unicaja. Finalmente, la institución presidida por Miguel Ángel Fernández Ordóñez intervino Cajasur en mayo de este año, y la entregó, tras previa subasta, a la vizcaína BBK.

Fainé, nuevo presidente de la CECA
Otro de los motores que ha acelerado el proceso de reestructuración de las cajas de ahorros ha sido la llegada de Isidro Fainé a la presidencia de la patronal, tras la dimisión en marzo de su antecesor, Juan Ramón Quintás. Con la llegada de Fainé, presidente de La Caixa, las cajas han tomado un nuevo rumbo, más moderno. Amado Franco, el otro candidato que se había presentado a la presidencia de la CECA, ocupa el cargo de vicepresidente. Las otras vicepresidencias las ocupan Rodrigo Rato, presidente de Caja Madrid, Braulio Medel, presidente de Unicaja, y Modesto Crespo, su homólogo al frente de la Caja del Mediterráneo (CAM). Carlos Egea, presidente de Caja Murcia, se mantiene como secretario del Consejo de Administración. El actual director general de la organización, José Antonio Olavarrieta, se jubile el año que viene, lo que supondrá también tener que buscar a un sustituto.

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