El Banco de España eleva su previsión de crecimiento para 2016 y 2017

Proyecciones macroeconómicas

El Banco de España eleva su previsión de crecimiento para 2016 y 2017

Banco de España

La institución gobernada por Luis María Linde es menos optimista que el Gobierno respecto a la tasa de paro ya que prevé que cerrará 2019 ligeramente por debajo del 15%. El Banco de España ha elevado su previsión de crecimiento económico para 2017 hasta el 2,5% frente al 2,3% que estimaba el pasado mes de septiembre mientras que mejora su pronóstico para 2016 una décima hasta el 3,2%. La expansión de la economía se mantendrá en los próximos tres años, según sus proyecciones, aunque se desacelerá, creciendo un 2,1% en 2018 y un 2% en 2019.
 
Aunque el organismo que gobierna Luis María Linde coincide en sus previsiones para 2016 y 2017 con el Gobierno, es menos optimista que éste en lo que se refiere a los dos años siguientes, ya que el ministro de Economía, Luis de Guindos, augura un ritmo de crecimiento de aproximadamente un 2,4%.
 
En lo que se refiere a la tasa de paro, el Banco de España también es menos optimista que el Ejecutivo de Mariano Rajoy ya que prevé que en 2019 cierre ligeramente por debajo del 15%, mientras que el Gobierno pronostica un descenso más pronunciado, hasta el 12,8%.
 
En cuanto al déficit público, la previsión del organismo es que se reduzca hasta el 4,4% del PIB este año y el 3,6% en 2017, descendiendo en cuatro décimas más en cada uno de los dos últimos años del horizonte de proyección. Con respecto al ejercicio de proyecciones de septiembre, el déficit previsto en 2016 es menor, en seis décimas, lo que refleja, básicamente, los efectos de la reintroducción de los pagos mínimos a cuenta del impuesto de sociedades sobre el conjunto de los ingresos públicos. No obstante, estas previsiones no incluyen la subida fiscal anunciada por Cristobal Montoro a principios de este mes.
 
En líneas generales, el Banco de España estima que la fase de expansión de la economía se prolongue durante los próximos tres años, “apoyada en los estímulos monetarios y en los progresos realizados en la corrección de algunos de los principales desequilibrios de la economía, en particular en los avances registrados en los procesos de desendeudamiento de los agentes privados y de recuperación de competitividad exterior”.
 
Asimismo, espera que el crecimiento del PIB “siga sustentándose en el gasto interno, mientras que la contribución de la demanda exterior neta continuaría siendo positiva aunque decreciente a lo largo del horizonte de proyección (2019)”.
 
Respecto a los precios de consumo, la entidad indica que tras un descenso estimado del 0,3 % en 2016 aumentarían un 1,6 % en 2017, reflejando el notable repunte del componente energético. En el bienio posterior, se esperan avances en términos de las medias anuales del 1,5 % en 2018 y del 1,7% en 2019. No obstante, en estas proyecciones no se incluye el impacto alcista en los precios del petróleo del acuerdo que los países de la OPEP alcanzaron el 30 de noviembre para restringir el volumen de producción de esta materia prima.
 
En su análisis económico, el Banco de España hace notar que en los últimos meses se han intensificado las incertidumbres externas acerca del rumbo de las políticas económicas globales, en particular en EEUU tras la victoria de Donald Trump, lo que “podría terminar repercutiendo negativamente en la economía mundial”. Dentro de la zona del euro, la entidad recuerda la incertidumbre generada por las diversas citas electorales nacionales próximas, como en el caso de Alemania, así como la derivada de la negociación pendiente en relación con el Brexit.
 
En el ámbito interno, la institución apunta que tras la constitución del Gobierno la incertidumbre se dirige ahora hacia la agenda de reformas estructurales “necesarias para dinamizar el ritmo de avance de la productividad y el funcionamiento de los mercados de bienes y servicios y de factores productivos”. “En este sentido, la aprobación temprana de medidas orientadas en esa línea tendería a favorecer el crecimiento de la actividad y a paliar la vulnerabilidad de la economía ante perturbaciones externas”, añade.
 
 
 

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