Enel exprime Endesa: se embolsará 13.437 millones con un megadividendo récord

Energía

Enel exprime Endesa: se embolsará 13.437 millones con un megadividendo récord

Oficina de Enel

La otrora empresa española pedirá dinero prestado para el segundo dividendo extraordinario. Enel ha dado un nuevo paso en el vaciado de Endesa. La compañía ha comunicado el reparto de un nuevo dividendo extraordinario de 6 euros por acción, que se sumará al de 7,79 euros por título anunciado anteriormente. En total, la otrora empresa española repartirá el próximo 29 de octubre 14.605 millones de euros, un récord en la historia empresarial española. Casi todo el dinero (13.437 millones) irán a parar a las arcas del grupo italiano al controlar un 92% de su capital.

Además, Endesa repartirá otros 800 millones de euros en la primera mitad de 2015 en concepto de dividendo ordinario y se compromete a elevarlo un 5% en los dos ejercicios siguientes. De este modo, la eléctrica retribuirá a sus accionistas el equivalente a casi la mitad de su capitalización bursátil, que ronda los 32.000 millones de euros.

Según Endesa, que presenta hoy en Londres su nuevo plan industrial a los analistas, la entrega de esos dividendos tan generosos tiene por objetivo “la optimización de la estructura financiera del grupo” reapalancando el grupo, algo que demandan los mercados. La deuda pasará de los 4.000 millones actuales hasta los 7.500 millones. La eléctrica pedirá dinero prestado para pagar parte del mismo. Según explica los financiará en parte mediante un préstamo de 4.500 millones a diez años con un interés fijo del 3% y una línea de crédito de 1.000 millones a un año a Euríbor más 0,6%, ambos comprometidos por Enel Finance International, N.V.

El reparto de dividendos extraordinarios tendrá lugar antes de la desinversión de hasta el 22% del capital por parte de Enel, que se espera para el próximo diciembre en forma de oferta pública de venta (OPV), una operación con la que la italiana podría ingresar otros 5.500 millones.

A mediados de septiembre, el consejo de administración de Endesa dio su visto bueno a los planes de la matriz para, tal y como se esperaba, vaciar de sus activos latinoamericanos a la cotizada en Madrid y después repatriar el montante de la operación hasta Italia a modo de dividendo extraordinario.

Antes de que la operación orquestada desde los despachos de Enel en Roma tome cuerpo, aún tiene que pasar un último trámite: la junta de accionistas. Ya ha sido convocada de forma extraordinaria para el próximo 21 de octubre. Sin embargo, al igual que la votación del consejo celebrada el pasado miércoles, es una cuestión de mero trámite, pues la energética italiana es titular de un 92% de los derechos de voto de su filial Endesa.

En virtud de la operación, la sociedad Enel Energy adquirirá a Endesa el 60,62% de la chilena Enersis a la que previamente se habían traspasado ya todos los activos de la marca española en mercados latinoamericanos. Una operación que, además, estuvo plagada de polémica y a punto estuvo de peligrar por la negativa primera de varios accionistas de relevancia de la filial andina. Este paquete será adquirido por la sociedad creada al efecto por 8.252 millones de euros.

En este baile de participaciones y desembolsos, más allá del ya consumado traspaso de activos desde Endesa a la chilena Enersis, el papel clave lo juega la nueva filial Enel Europe Energy. Vía Chile, los activos llegarían a esta sociedad con sede en España pero filial directa y al 100% de la cabecera del grupo en Italia que terminaría por mantenerse como dueña del 92% de Endesa y estrenará un 60,6% de Enersis. Pero antes, según publicó ABC, su cartera ya contaría con unos 40.000 millones de euros de deuda, procedentes en su mayoría de los préstamos que la italiana tuvo que suscribir para hacerse con la todavía cotizada en Madrid.

Los elevados intereses de esta cartera de pasivo a buen recaudo, según el diario, se comerían los beneficios que hasta ahora reportaban a Endesa sus preciadas inversiones en Latinoamérica. Es así que el resultado sería dejar de pagar impuestos por estos activos en España y limitar el negocio de Endesa al cada vez menos rentable mercado español.

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