Banco de Valencia y los sindicatos pactaron ayer un expediente de regulación de empleo (ERE) dentro del proceso de ajuste de la entidad nacionalizada que afectará a un máximo de 890 empleados, casi un 50% de su plantilla actual.
La entidad comunicó ayer tras el cierre de los mercados a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que la reestructuración de la entidad se acometerá de forma “ordenada, planificada y consensuada” con los representantes de los trabajadores.
Esta “racionalización” de la estructura responde al plan aprobado por Bruselas para el banco a cambio del rescate de 4.500 millones de euros, antes de hacer efectiva la venta a CaixaBank. La entidad financiera ya acometió el pasado año un ERE que afectó a 360 trabajadores.
