Los bancos europeos han encontrado una nueva vía de negocio propiciada por la ‘rebaja’ de las exigencias del Banco Centra Europeo (BCE) a la hora de aceptar colaterales a cambio de su ‘barra libre de créditos’. Se trata de recomprar sus cédulas hipotecarias en los mercados secundarios.
El negocio es redondo. Muchas de estas emisiones cotizan con un fuerte descuento, que puede llegar a superar el 50% de su valor nominal. Sin embargo, en el BCE se consiguen fondos precisamente por esta cantidad. El margen, como puede verse es ‘sabroso’.
Además, la anotación de estas ganancia les facilita cumplir con las nuevas exigencias realizadas la pasada semana por la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) que ha cuantificado en 114.700 millones de euros las necesidades de capital de los bancos europeos.
La recompra, además, es mucho más interesante, en las actuales condiciones de mercado, que colocar nuevas emisiones de cédulas que soportan una durísima penalización de los inversores.
Unas cifras que van desde los 1025 puntos básicos sobre el tipo interbancario que se le exigen a los bancos portugueses a los 150 que soportan los holandeses en emisiones comparables. Entre uno y otro extremo se mueven la cédulas españolas con un diferencial de 615 puntos básicos.
