La crisis y los programas de austeridad puestos en marcha en el Sur de Europa siembran la desigualdad en la UE. Justo el proceso contrario de lo que pretendieron los ‘padres’ de este mecanismo de integración. Y hay cifras que lo demuestran. Según los últimos datos de Eurostat, por ejemplo, ahora, el estado del bienestar español se encuentra por debajo de la media europea.
El organismo publicó ayer un nuevo índice en el que se establece los servicios públicos y privados que reciben los ciudadanos europeos, tanto en función de su capacidad de compra privada como a través de las atenciones gratuitas que les llegan desde el estado y las instituciones de la sociedad civil.
Según este índice, que mide el consumo real individualizado de los ciudadanos europeos (AIC, por sus siglas en inglés), el estado del bienestar de que gozan ahora los españoles se encuentra seis puntos básicos por debajo del promedio europeo, establecido en 100.
Contra todo pronóstico o percepción, nuestro estado del bienestar es similar al griego (94) y menor, por ejemplo, que el irlandés, que tras el impacto de la austeridad se han quedado justo en el promedio.
También, como era de esperar, que el italiano (101) o el francés (112), aunque supera, en mucho al portugués que se ha quedado muy reducido (82) por las exigencias incluidas en el plan de rescate.
Pero son los potentes estados del norte, los que salen mejor parados en esta estadística oficial de la UE. Una vez más, el líder es Luxemburgo (150), seguido de Alemania (119), Reino Unido (118) y Austria (117)
