Orizonia y Carlyle, el fondo de capital riesgo que controla un 55% del capital de la compañía, culpan a Globalia de la quiebra del grupo y estudian llevarle a los tribunales por haber “incumplido el acuerdo» de compra firmado en diciembre.
La decisión aún no es firme. Según El Economista, que cita fuentes cercanas a Orizonia, Globalia faltó a su palabra de no dejarles caer y “debe asumir su responsabilidad en la quiebra del grupo”.
El diario añade que los 28 bancos acreedores de Orizonia podrían también demandar a Globalia “por no asumir la deuda de 80 millones pactada tras firmar una quita del 87%”.
El equipo de Hidalgo se desvincula de cualquier responsabilidad sobre la caída de su principal competidor y remarca que el segundo pago al que se comprometió con Orizonia estaba supeditado a la aprobación de la operación por parte de la Comisión Nacional de Competencia, cosa que no ha sucedido.
El regulador, mientras, ha señalado que Globalia pudo solicitar el levantamiento de la suspensión y tomar las riendas del grupo del Parc Bit mientras esperaba la resolución del organismo dependiente del Ministerio de Economía, pero no lo hizo.
