El tipo de interés del canje de deuda griega, nuevo escollo

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El tipo de interés del canje de deuda griega, nuevo escollo

Hace diez años, muchos de estos acreedores acudieron a las subastas organizadas por el Tesoro de Grecia y compraron bonos a una rentabilidad del 3% o el 4%, unas cifras de lo más normal para un país miembro de la zona del euro.

Bandera de Grecia

Bandera de Grecia

Los principales tenedores de deuda griega, que son esencialmente los bancos y las empresas alemanas, quieren imponer sus exigencias a cambio de involucrarse en el llamado segundo rescate de Grecia, y que no es otra cosa que el rescate de los acreedores de Grecia. Puesto en otras palabras: se trata de salvar a esos mismos bancos y empresas con negocios en el país mediterráneo y que ahora exigen, entre otras cosas, un tipo de interés superior al que ya tenían en los bonos si pretenden prorrogar el vencimiento de los mismos.

Hace diez años, muchos de estos acreedores acudieron a las subastas organizadas por el Tesoro de Grecia y compraron bonos a una rentabilidad del 3% o el 4%, unas cifras de lo más normal para un país miembro de la zona del euro. Sin embargo, una década después, cuando a entidades de la talla del Hypo Real Estate (participado por el Gobierno regional de Baviera) o del fondo de inversión Pimco (el más importante del mundo, y cuyo 97% pertenece a la aseguradora alemana Allianz) se les pide que extiendan la madurez de esos bonos, la respuesta en muchos casos es que vale, pero cambiando el tipo y elevarlo a cifras que rondan el 10%, pues en los mercados secundarios de deuda los papeles soberanos del país mediterráneo cotizan en torno al 18% de rentabilidad.

Además, estos fondos, bancos y empresas piden incentivos a cambio. Por ese motivo, según han informado fuentes del mercado germano a EL BOLETÍN, las autoridades teutonas estarían presionando al Gobierno del socialista George Papandreu para que privatice activos públicos a toda velocidad y a bajo coste. Fruto de estas presiones es, por ejemplo, la adquisición de otro 10% de OTE, la telefónica pública griega, por 400 millones de euros puestos encima de la mesa por Deutsche Telekom, que con esta inversión tan rentable ya controla el 40% de la -todavía- estatal griega.

Todo parece un negocio bastante rentable para los acreedores de Grecia si va según lo previsto. Lo único que no hay que descuidar es que el país mediterráneo, efectivamente, no quiebre. Y para eso hay que negociar con las agencias de rating, una de las cuales, Moody´s -controlada por el magnate Warren Buffet- ya ha amenazado con recortar la nota de Italia debido al riesgo de contagio que, según los analistas de la calificadora, sufre el país que gobierna Silvio Berlusconi.

De hecho, y a raíz de esta advertencia, la reunión del Eurogrupo que ha tenido lugar entre ayer y hoy tuvo que ser interrumpida para dar paso a una conferencia telefónica del G-7 (EEUU, Canadá, Reino Unido, Francia, Alemania, Japón e Italia).

Mientras estas negociaciones tienen lugar, en Grecia el Gobierno de George Papandreu busca contrarreloj un pacto con la oposición para sacar adelante un nuevo plan de ahorro -que pretende recaudar 78.000 millones de euros en los próximos años- que permita tener acceso al quinto tramo de las ayudas aprobadas hace un año, y valoradas en 110.000 millones de euros. En este caso, ha sido el Fondo Monetario Internacional (FMI) el que ha dicho que no pone su parte porque no se fía de que el país vaya a cumplir sus compromisos.

Esta nueva postura del Fondo tiene lugar desde que Dominique Strauss-Kahn, el antiguo director gerente, dimitiese de su cargo al ser acusado de intento de violación en un hotel neoyorquino, el Sofitel.

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