Bruselas ‘mima’ a las grandes operadoras para favorecer que inviertan en nuevas redes

Economía

Bruselas ‘mima’ a las grandes operadoras para favorecer que inviertan en nuevas redes

Las grandes operadoras podrán cobrar lo que quieran por alquilar sus redes de cobre. La Comisión Europea ha cambiado de estrategia para primar la inversión en redes de nueva generación, preocupada porque Europa no logra colocarse a la par que EEUU o Asia en cuanto a velocidad de banda ancha, en un contexto de saturación de redes por el aumento del consumo de datos.

La comisaria de la Agenda Digital europea, Neelie Kroes, que ocupa a su vez el cargo de vicepresidenta de la Comisión, ha indicado que el organismo presentará una recomendación en otoño para que los titulares de las redes de cobre puedan fijar los precios que estimen oportunos en los alquileres, para favorecer la inversión de estas grandes empresas en banda ancha en el mercado en que son más fuertes.

Esta nueva línea abierta por la Comisión será bien recibida por los grandes grupos de telecomunicaciones europeos, como Telecom Italia, Telefónica, Deutsche Telekom and France Telecom, que poseen tradicionalmente la mayoría de las líneas de cobre instaladas, cada una en su respectivo territorio, y que no se verán obligados a rebajar los precios de estos arrendamientos.

Y es que la Comisión ha concluido que la fijación precios bajos no revertiría en inversión en infraestructuras por parte de los operadores alternativos que alquilan dichas redes, más de 100 empresas en Europa, según Reuters, que podrían haberse beneficiado de estas menores tasas. Resulta lógico, puesto que la mayoría de estas ‘telecos’ no tienen una presencia destacada fuera de su país de origen, y la inversión en este aspecto hubiera sido residual.

Considera la Comisión que esta medida tampoco serviría de incentivo a las propietarias de redes para establecer infraestructuras de nueva generación, por lo que es preferible permitir que las operadoras no bajen los precios o puedan incluso subirlos, con el fin de que los beneficios derivados sí redunden en una mayor inversión.

Con esto se aspira a mejorar las redes de banda ancha de nueva generación en el Viejo Continente que, según estimaciones de la comisaria Kroes, recogidas en Financial Times, requerirían una inversión de 270 billones de euros para colocarse a la altura de las estadounidenses y las asiáticas en cuanto a velocidad de conexión.

Sin embargo, esta permisividad tiene un límite: Kroes ha insistido en que Bruselas también propondrá recomendaciones sobre políticas de no discriminación, que obligarán a los operadores a facilitar el acceso a sus redes para fomentar la competencia en cuanto a servicios ofertados y calidad. “La Comisión se asegurará de que los titulares permitan el acceso a los nuevos jugadores, por lo que será mucho más difícil bloquear la entrada a los competidores”, ha declarado.

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