Los inversores que invirtieron sus ahorros en participaciones preferentes de los bancos españoles con problemas podrían llegar a perder hasta 7.100 millones de euros como consecuencia de las condiciones impuestas por la UE a España para rescatar a las entidades más débiles.
Según recoge The Wall Street Journal, más de 100.000 pequeños depositantes que cuentan con participaciones preferentes de los bancos españoles que podrían necesitar asistencia europea corren el riesgo de que el valor de sus inversiones disminuya o desaparezca. Muchos se encuentran en proceso de canjear sus participaciones por acciones ordinarias o bonos, según un informe de la CNMV.
Los bancos españoles han vendido en los últimos años un total de 22.500 millones de euros de participaciones preferentes a inversores minoristas a través de sus redes comerciales. El año pasado, comenzaron a ofrecer a los clientes el canje de unos 14.900 millones de euros de dichos productos híbridos por acciones ordinarias más líquidas, lo que ayudó a los bancos a cumplir con los nuevos requisitos de capital.
De los 7.100 millones de euros que siguen en manos de los inversores, 1.300 millones de euros ya están en proceso de canje, lo que deja pendiente 5.800 millones de euros, según el informe del regulador que recoge el diario estadounidense.
Imponer una quita a los inversores también provocaría un incremento de los litigios legales. Cientos de depositantes ya han presentado reclamaciones ante el regulador español, alegando que no fueron debidamente advertidos del riesgo que suponía comprar dichos productos. De las 485 reclamaciones presentadas por los tenedores de participaciones preferentes desde 2007, el regulador ha fallado a favor de los inversores en 215 ocasiones.
La mayoría de las participaciones preferentes restantes fueron emitidas por bancos que han sido nacionalizados por el gobierno para evitar su quiebra, como Bankia, Novacaixagalicia y Catalunyacaixa.
