El lunes, el nuevo gobernador del Banco de España, Luis Linde, recibirá los planes de los bancos españoles para cumplir con la nueva reforma financiera aprobada por el Gobierno, y los principales interrogantes del mercado se centran en las intenciones de BMN y en la solución que deberá encontrar el supervisor para las cajas nacionalizadas.
Miguel Ángel Fernández Ordóñez, el antecesor de Linde, anunció la semana pasada que abandonará su cargo este domingo, en vez de a mediados de julio como estaba previsto, a fin de favorecer una “transición ágil y eficiente” al frente de la institución. Sólo un día después, el nuevo gobernador recibirá los planes presentados por todos los bancos para cumplir con los nuevos requisitos de saneamiento.
No obstante, más allá de las dudas que se ciernen sobre las necesidades de capitalización de los bancos para cumplir con esta reforma, el panorama sí se ha clarificado en lo que se refiere al proceso de concentración del sector, con el proyecto de fusión a tres bandas entre Liberbank, Ibercaja y Caja3, el último en anunciarse, y que se suma a la integración de Unicaja y Caja España-Duero, acordada en marzo.
Sólo una entidad de tamaño medio, BMN, ha quedado por el momento fuera de la nueva ronda de fusiones. A la entidad surgida de la fusión de Caja Murcia, Sa Nostra, Caja Granada y Caixa Penedès se la han atribuido contactos con Unicaja e incluso con Banco Popular, pero lo cierto es que no ha entrado en ningún proceso que le otorgue una prórroga para sanear su balance.
BMN, al igual que Liberbank, se salvó el año pasado in extremis de tener que recibir ayudas públicas para cumplir con la nueva normativa de solvencia, y los saneamientos obligados ahora por el Gobierno complican aún más la situación. En este entorno, el diario El Economista señala la existencia de un supuesto informe de seguimiento elaborado por los inspectores del Banco de España sobre BMN que pone en entredicho la fortaleza de la entidad.
BMN está en la puja por Banco de Valencia, aunque se desconoce si el Banco de España seguirá adelante con esta operación ante las dificultades del sector. Más en el aire, si cabe, CatalunyaCaixa y Novagalicia, después de que haya trascendido que cada una de ellas necesita unos 4.500 millones de euros adicionales.
El 30 de septiembre del año pasado, el FROB nacionalizó CatalunyaCaixa al inyectarle 1.718 millones de euros de capital, que se sumaban a los 1.250 millones que ya le había otorgado un año antes en forma de préstamo. La inyección fue de 2.465 millones en el caso de Novagalicia, a quien ya se le habían prestado 1.162 millones de euros.
La entidad catalana ya se había resignado a ser subastada, mientras que Novagalicia intenta por todos los medios seguir adelante en solitario, pero en los mentideros han surgido voces que apuntan a que el Gobierno podría intentar integrar a ambas entidades dentro de Bankia, en lo que sería un gran banco público.
Un caso “excepcional” es el de Bankia, en palabras del propio ministro de Economía, Luis De Guindos. El banco presidido por José Ignacio Goirigolzarri será nacionalizado con una inyección de hasta 19.000 millones de euros, aunque aún se desconoce el importe exacto y el modo en que se instrumentará el rescate.
La labor del nuevo gobernador no será sencilla, ya que deberá lidiar con la reforma financiera y la reestructuración de las entidades cuando cada vez más voces señalan que la debilidad de la banca española obligará a un rescate de España. La agencia Reuters ha llegado a publicar que el Gobierno solicitaría el rescate este mismo fin de semana.
