La ‘solución’ de Guindos para las preferentes, otra factura de 113 millones para el contribuyente

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La ‘solución’ de Guindos para las preferentes, otra factura de 113 millones para el contribuyente

Luis de Guindos, ministro de Economía

De los 113 millones de euros, 66 millones corresponden al proceso de Novagalicia y los otros 47 millones al de CatalunyaCaixa. En 2013, el ministro de Economía, Luis de Guindos, anunciaba una solución para las polémicas participaciones preferentes de las cajas rescatadas que causó mucho malestar en el sector financiero, ya que implicaba al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), nutrido con aportaciones de los propios bancos. El proceso, finalmente, ha desembocado en un gasto de 113 millones de euros para los contribuyentes, a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).
 
Según el ‘Informe de fiscalización del proceso de reestructuración bancaria, ejercicios 2009 a 2015’ que ha publicado el Tribunal de Cuentas, “durante los ejercicios 2013 a 2015, el FROB tuvo un gasto total de 113 millones de euros derivado de las pérdidas estimadas y de los compromisos de pago adquiridos en relación con la adquisición por parte del FGD de acciones de Novagalicia y CatalunyaCaixa, emitidas por estas entidades en el marco de las acciones de gestión de instrumentos híbridos y deuda subordinada titularidad de clientes minoristas, aprobadas por el FROB según lo previsto en el capítulo VII de la Ley 9/2012”.
 
La adquisición de estas acciones estaba condicionada a que el FROB compensara al FGD por los pagos o provisiones que éste realizara a los clientes minoristas “por cualquier motivo derivado de los procesos judiciales o extrajudiciales que tuvieran su razón en reclamaciones respecto a la comercialización de los instrumentos híbridos origen de las acciones adquiridas por el FGDEC”.
 
De los 113 millones de euros, 66 millones corresponden al proceso de Novagalicia y los otros 47 millones al de CatalunyaCaixa.
 
Esta factura por las preferentes se remonta a 2013, cuando, en cumplimiento con las normas ‘bail in’ de Bruselas, los tenedores de los títulos híbridos (preferentes, pero también deuda subordinada) se vieron obligados a pagar parte del rescate de las cajas. El proceso se llevó a cabo a través de un canje de los títulos por acciones, con descuentos significativos que llegaron a ser de hasta el 60%.
 
Sin embargo, más allá de las duras quitas impuestas –solucionadas en parte por el proceso de arbitrajes o en el último extremo por los tribunales-, el problema surgió a la hora de otorgar liquidez a las acciones que se otorgaban a cambio de las preferentes: a diferencia de Bankia, ni CatalunyaCaixa ni Novagalicia cotizaban en Bolsa. La solución encontrada por Guindos pasó por utilizar el Fondo de Garantía de Depósitos para este cometido en un proceso que causó malestar a la banca sana, ya que obligó a hacer una derrama extraordinaria para nutrir al fondo.
 
La factura de las preferentes para el FROB también se está dejando notar en Bankia, entidad en la que el fondo de rescate vuelve a rozar un 66% de las acciones, revertiendo buena parte del proceso inicial de privatización que se inició en 2014.

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