‘Al filo del mañana’, una película de Doug Liman

La butaca

‘Al filo del mañana’, una película de Doug Liman

Al filo del mañana

Entretenida y divertida, lo más cuestionable de ‘Al filo del mañana’ es su descafeinado final, que no acaba de rematar correctamente este ejercicio de realización y montaje. Llega el verano y con él los ‘blockbusters’ de acción, ciencia ficción, superhéroes y monstruos más esperados del año. Hace unas semanas, para abrir boca, desembarcó en la cartelera ‘Godzilla’, esta semana lo ha hecho ‘X-Men: Días del futuro pasado’ y más tarde lo harán ‘Transcendence’, ‘El amanecer del planeta de los simios’, ‘Guardianes de la Galaxia’ o ‘Transformers: La era de la extinción’. Entre tanto título, también encontramos ‘Al filo del mañana’, una película ‘sci-fi’ diferente e imaginativa con Tom Cruise a la cabeza, basada en la novela ‘All you need is kill’, de Hiroshi Sakurazada.

Y es que la última cinta de Doug Liman, director de ‘El caso Bourne’, es una especie de ‘Atrapado en el tiempo’ llena de acción, novedosas armas y un ritmo ‘adrenalínico’. Cruise recoge el testigo de Bill Murray (salvando las distancias) y se mete en la piel del Comandante Willian Cage, un oficial dicharachero y altivo que, sin haber participado nunca en una batalla, es enviado a primera línea de combate ante una raza de extraterrestres que intenta arrasar la Tierra.

Como era de esperar, muere a los pocos minutos de aterrizar en el frente, y lo hará una y otra vez. El protagonista entra en un bucle temporal que le obliga a vivir el mismo día, a luchar y morir constantemente: ‘Vive. Muere. Repite’. Al igual que en un videojuego, cada vez que se queda sin vida la ‘partida’ se reinicia, una circunstancia que aprovechará para ir avanzando en su guerra contra los alienígenas hasta la victoria o el ‘Game over’ final, junto a Rita Vrataski (Emily Blunt), la guerrera más fulminante de las Fuerzas Especiales.

Una película de estas características corre el peligro de hacerse reiterativa y aburrir al espectador contando la misma historia mil veces. Para evitarlo es necesario conocer muy bien el manejo del tiempo, saber hasta dónde hay que volver y desde dónde hay que partir al revivir el día una y otra vez, para que al espectador entienda el hilo de la narración sin llegar a cansarse: hay que echar mano de una buena estructura y un buen montaje.

Unas elipsis temporales que supo usar correctísimamente Harold Ramis para contar el interminable Día de la Marmota de Bill Murray, y que también utiliza con ingenio Liman. Estos recursos se combinan con la capacidad del director para afrontar las escenas de acción, lo que da como resultado un ritmo trepidante.

Pero lo mejor de este juego con el tiempo es que otorga a la película, especialmente al personaje de Tom Cruise, un toque de humor que hace más llevadera la cinta. Permite además al actor, que se mantiene encasillado a sus 52 años en películas de acción, aportar más matices a su papel.

Entretenida y divertida, lo más cuestionable de ‘Al filo del mañana’ es su descafeinado final, que no acaba de rematar correctamente este ejercicio de realización y montaje. Lo que deja claro que, pese a los matices, sigue tratándose de un ‘blockbuster’ de acción y ‘sci-fi’.

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