Enrique de Melchor ha fallecido hoy a la edad de 61 años en la Clínica de la Luz de Madrid. Al final, el cáncer que padecía desde hace algunos años ha podido con un músico que hasta el último momento de su vida estuvo dedicado a ampliar los caminos de la guitarra flamenca.
No era el más revolucionario, ni quizá el más rápido, pero, como solía decir de él Paco de Lucía, De Melchor era el guitarrista preferido por los cantaores, porque nadie como él conocía los secretos del buen acompañamiento, hoy quizá un tanto olvidados por las nuevas generaciones.
De Melchor se inició profesionalmente de la mano de Manolo Caracol en ‘Los Canasteros’, donde ya trabajba su padre, una escuela inmejorable para un principiante. Además su primera grabación sería como acompañante de Antonio Mairena, el otro monstruo de la época. Algo así como haber trabajado con los Beatles y los Rolling Stones en plena década de los sesenta del pasado siglo.
Con estos antecedentes era lógico que a Enrique no le faltara trabajo a partir de entonces. De hecho, a lo largo de su carrera acompañó a todos los grandes del género, una circunstancia que quizá provocó que el gran público le conociera menos que a otros guitarristas flamencos contemporáneos suyos, más orientados al concierto, como el anteriomente mencionado Paco de Lucía o Manolo Sanlucar.
Aún así, también tuvo su momento como concertista y actuó en el Teatro Real de Madrid, El Liceo de Barcelona y el Carnegie Hall neoyorquino, entre otros grandes escenarios. Su último trabajo fue la grabación de un disco con el cantaor extremeño Guadiana.
