La banda madrileña lanzará en marzo su primer álbum y se irá de gira por Francia, México y EEUU. Quizá tenga que ver con el ecosistema, o se relacione con las corrientes malsanas que circulan por las alcantarillas, pero en las ciudades como Madrid, el virus del rock and roll se retrasmite de forma contagiosa de una generación a otra y siempre hay alguna banda como Los Nastys dispuesta a que el ritmo del garaje no deje de sonar.
La fórmula de sobra conocida y fue explotada por éxito por maestros imperecederos como los añorados The Ramones, se trata de acumular energía en canciones directas como puñetazos distorsionados de tres minutos como máximo. Pero sin descuidar la calidad melódica de los temas.
Pero no basta con combinar unos cuantos ingredientes conocidos. Para que todo funcione hacen falta grandes dosis de entusiasmo, credibilidad y esa capacidad suicida para quemar la noche que suele ir acompañada por el elixir de la eterna juventud. Justo lo que tienen estos Nastys, que son auténticos animales de escenario.
Disculpen el ruido, pero esta música tiene que “molestar a la gente de orden”. De eso se trata, de que los gatos callejeros arañen y al hielo no tenga tiempo a disolverse en el whisky, porque la vida pasa rápido y conviene apurar los minutos y disfrutarlos al máximo. Y que la fiesta no termine mientras el cuerpo resista.
Y ahora, por fin, tras unos años de dar tumbos de garito y en garito, y asomar la nariz por algunos festivales punteros, el cuarteto anuncia la publicación de su primer álbum, que aparecerá en marzo, y se titulará ‘Noches de Fantasmas con Los Nastys’, un producto estimulante fabricado en El Puerto de Santa María, con la producción del gran Paco Loco.
El disco supondrá, además, el inicio de un intenso periplo que llevará a la banda a probar suerte más allá de las fronteras del convulso territorio español. En concreto, el terremoto ‘garajero’ de estos Nastys atacará algunas ciudades francesas, mexicanas y estadounidenses en los próximos días. Apostamos a que temblará la tierra.
