Francia autorizará la donación de sangre de homosexuales a partir de la próxima primavera

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Francia autorizará la donación de sangre de homosexuales a partir de la próxima primavera

Bandera Gay

La medida pondrá fin a más de tres décadas de exclusión social de este colectivo. El Gobierno francés autorizará a partir de la primavera de 2016 las donaciones de sangre de homosexuales y pondrá fin a más de tres décadas de exclusión social.

La ministra de Salud francesa, Marisol Touraine, ha explicado en una entrevista al diario Le Monde, recogida por Europa Press, que la medida supone «el fin de un tabú y de una discriminación». «A partir de la primavera de 2016, nadie podrá ser excluido para donar sangre en función de su orientación sexual», anunció.

La medida, impuesta en 1983 en plena psicosis por el contagio del Sida, se irá levantando «por etapas». Así, en una primera fase podrán donar sangre «los homosexuales que no hayan tenido relaciones con otro hombre en los doce meses previos», mientras que en el caso del plasma podrán «si están en una relación estable desde hace cuatro meses o si no han tenido relaciones sexuales en ese mismo periodo».

Las autoridades sanitarias galas realizarán estudios a partir de estas primeras donaciones y, «si no hay riesgos», la normativa se convertirá en «general» al año siguiente. Los cuestionarios previos serán «reescritos» para «precisar» las condiciones previas a la extracción de sangre y determinar «prácticas de riesgo» para toda la población.

Touraine confirma así la promesa que el presidente francés, François Hollande, hizo durante la campaña electoral accediendo a una histórica reivindicación de la comunidad LGTBI y de las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos.

Este mismo año, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea se pronunció sobre la prohibición de donar sangre a los hombres que han tenido relaciones homosexuales y publicó una resolución de doble lectura. Determinó que la prohibición vigente en países como Francia «puede resultar justificada», siempre y cuando las autoridades entiendan que «estas personas están expuestas a un riesgo elevado de contraer enfermedades infecciosas graves, como el VIH, y que no existen técnicas eficaces de detección o métodos menos coercitivos para garantizar un alto nivel de protección de la salud de los receptores».

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