Un día perfecto, una película de Fernando León de Aranoa

La butaca

Un día perfecto, una película de Fernando León de Aranoa

Con el telón de fondo de la Guerra de los Balcanes, Aranoa exhibe su cinta más internacional tras su paso por Cannes. El director de cine social más destacado del cine español, Fernando León de Aranoa, firma su proyecto más internacional en ‘Un día perfecto’, ambientada en la guerra de los Balcanes y con un reparto encabezado por Benicio del Toro y Tim Robbins. El film empezó además su andadura en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes, la única cinta española presente en la última edición del certamen.

Más que en el conflicto armado en sí, la película se centra en sus consecuencias, en cómo cuando prácticamente se da por finalizada la contienda, las heridas siguen abiertas: casas devastadas, familias separadas, vecinos que se denuncian, desalmados que se aprovechan de la situación para sacar tajada, niños con armas, lo absurda que puede llegar a ser la burocracia en algunas ocasiones…

En este contexto, un grupo de cooperantes intenta sacar un cadáver de un pozo, al que ha sido tirado para contaminar el agua y dejar sin abastecimiento a la población. Lo que parece sencillo, se complica por la dificultad de conseguir una simple cuerda o por las normas que establecen los tratados internacionales cuando una guerra está llegando a su fin.

El ‘cabecilla’ de estos cooperantes es Mambrú (Benicio del Toro), veterano en las contiendas y con ganas de volver a casa, al contrario que B (Tim Robbins), quien parece no tener vida fuera de los entornos hostiles. Sophie (Mélanie Thierry) es una novata con ganas de ayudar; Damir (Fedja Stukan), el intérprete del grupo y Katia (Olga Kurylenko), una supervisora de la ONU que intenta no salir de las normas marcadas. Les ayuda Nikola (Eldar Residovic), un pequeño triste y agudo que desea una pelota y reunirse con sus padres.

Aunque León de Aranoa ha elegido la contienda que dividió la antigua Yugoslavia, la historia podría tener como escenario cualquier otra guerra. Muestra la crueldad de los conflictos de forma sutil, sin tiros ni bombardeos, sin muertes en primer plano. Pone el foco en el desastre derivado de estos enfrentamientos.

Sin embargo, desdramatiza la situación gracias a la comedia. Los diálogos, especialmente los de Del Toro y Robbins, y algunas de las situaciones a las que se enfrentan los protagonistas están tejidos con un humor que muchas veces funciona, pero otras no, sobre todo al principio de la cinta.

Y es que, ‘Un día perfecto’ es irregular, tarda en arrancar. A la primera mitad le falta intensidad, quizás, precisamente, por esa tendencia a alejarse del drama, para luego coger pulso en la segunda parte.

No ayudan unos personajes que, si bien a mitad del film consiguen despertar el interés y la empatía, parecen en un principio demasiado estereotipados. Tampoco una banda sonora que saca al espectador de la historia.

Por su parte, Del Toro y Robbins, junto a la joven Thierry, están muy acertados en sus papeles, bien dirigidos por la batuta de León de Aranoa. Sin embargo, el personaje y la interpretación de Kurylenko resultan insulsos.

En definitiva, ‘Un día perfecto’ es un interesante relato antibelicista, sin llegar a lo panfletario, en el que cabe destacar la capacidad del director para mostrar los desastres de la guerra con sutileza, sin meterse estrictamente en ella. Pero se queda a medio gas, le falta nervio.

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