‘Operación U.N.C.L.E’ guarda similitudes con las producciones del agente 007. El cine de espías está viviendo un buen año en este 2015. Tras el éxito de ‘Kingsman: Servicio secreto’ y la reciente ‘Misión: Imposible – Nación secreta’, aún quedan por estrenar ‘Spectre’, la última de James Bond. Guy Ritchie, el director de ‘Lock & Stock’, ‘Snatch: cerdos y diamantes’ y las dos ‘Sherlock Holmes’ protagonizadas por Robert Downey Jr., ha querido probar también suerte en este género con ‘Operación U.N.C.L.E’, una adaptación de la famosa serie de la década de los 60 ‘El agente C.I.P.O.L.’.
La cinta recupera al espía de la CIA Napoleon Solo (Henry Cavill) y al agente del KGB Illya Kuryakin (Armie Hammer), quienes, en plena Guerra Fría, están obligados a aparcar sus diferencias y unir fuerzas en una misión conjunta: salvar a la humanidad de la amenaza nuclear de una organización criminal filonazi. Para evitar la catástrofe, el estadounidense y el ruso deben encontrar a un importante científico alemán desaparecido con la ayuda de la hija de éste (Alicia Vikander).
‘Operación U.N.C.L.E’ guarda similitudes con las producciones del agente 007, pues el ‘padre’ del atractivo agente británico, el novelista Ian Fleming, colaboró en la creación de la ficción televisiva que traslada a la gran pantalla. Sin embargo, Ritchie impone su sello personal, con un tono más cómico y autoparódico y una ruptura de los estándares.
El director, también guionista del film, apuesta por unos diálogos ágiles y ocurrentes que reflejan la rivalidad de los protagonistas, un humor desenfadado a lo largo de toda la cinta, una realización original y una ambientación exquisita.
Este último punto es uno de los elementos más destacados de la película. Los bonitos escenarios elegidos, el diseño de vestuario, la banda sonora, la dirección artística… todo evoca con elegancia a la Europa de los años 60.
Pero el empeño de Ritchie por romper los moldes en busca del citado carácter cómico a veces resulta eficaz, ofreciendo escenas realmente sorprendentes, y en otras falla, pues se deja la trama de espías y la acción en un segundo plano. A la historia le falta fuerza y es demasiado explicativa, se remarcan en exceso determinados aspectos.
En cuanto al trabajo de los actores, Cavill y Hammer tienen química en la piel de estos dos personajes contrapuestos condenados a entenderse: Solo, chulesco, seductor y desvergonzado; Kuryakin, recto, metódico y con problemas de ira contenida. Sin embargo, sus interpretaciones se ven ensombrecidas por la de Vikander, que les gana el pulso cada vez que aparece en escena.
‘Operación U.N.C.L.E’ es un buen entretenimiento para matar el gusanillo durante la espera de ‘Spectre’. Amena y en muchos momentos divertida, permite disfrutar de un gran espectáculo de ambientación, si se pasa por alto la debilidad de la trama.
