‘Surf’, un disco de Donnie Trumpet & The Social Experiment

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‘Surf’, un disco de Donnie Trumpet & The Social Experiment

‘Surf’, Donnie Trumpet & The Social Experiment

El trompetista de Chicago Nico Segal y su famoso socio Chance the Rapper seducen a la crítica con un interesante álbum lleno de música vital y explosiva. Ya lo saben, supongo. Hace un par de años, un tipo joven de Chicago llamado Chance The Rapper conmocionó al mundo con un disco llamado ‘Acid Rap’ que aportaba al estilo, un cierto regreso a los parámetros clásicos y a las temáticas alejadas de las peleas callejeras y el sexo rápido.

Más aún, como sucedió casi en paralelo con otros innovadores del estilo del gran Kendrick Lamar, de cuyo espectacular trabajo tenemos que hablar algún día, a Chance no le resultaba extraño alejarse del ‘postureo’ habitual en las manifestaciones más recientes del género y tratar asuntos relacionados con el ambiente social y político que le rodeaba. Ni expresarse con una sinceridad capaz de desarmar a cualquier posible enemigo.

Desde entonces, crítica y público han esperado con paciencia una nueva entrega de las aventuras musicales de este muchacho. Y, por ahora, tendrán que seguir esperando, por cierto. A cambio, Chance figura entre los autores de este álbum, titulado ‘Surf’ del que nos ocupamos hoy y que firma uno de sus compinches habituales, el trompetista Nico Segal, también conocido con el sobrenombre de Donnie Trumpet.

Junto a este dinámico dúo figuran además un buen puñado de colaboradores que se agrupan bajo el nombre de The Social Experiment, la banda que formó Chance para que le acompañara en directo en la gira de presentación del mencionado ‘Acid Rap’ y en la que figuraban entre otros notables instrumentistas Peter Cottontale, Greg Landfair Jr. y Nate Fox.

Este es el equipo básico que se ha encargado de elaborar el álbum. Pero hay otros muchos colaboradores, rapperos y cantantes en su mayoría que se han sumado a ellos, para hacerlo. La lista sería interminable así que sólo mencionaremos a algunos. A veteranos como la impresionante Erykah Badu, o el esforzado Busta Rhymes, a estrellas del momento como Quavo de Milos o J.Cole, o a colegas de la escena rap de Chicago como Saba, Joey Purp, King Louie o Noname Gypsy.

Y, por supuesto, toca hacer una mención especial en párrafo aparte para la luminosa poetisa y cantante Jamila Woods, cuya inspiradora presencia hace posible que la maravillosa canción Sunday Candy, una especie de canción espiritual para tiempos modernos, sea, de momento, mi tema favorito de un disco que, por otra parte está lleno de grandes momentos.

Hay aquí, nada menos que 16 temas, que se extienden a lo largo de 51 minutos de música de primera calidad. Adelanto, sin embargo, dos consideraciones rápidas, por enseñar todas las cartas desde el inicio mismo de la partida. Primero diré que este no es un disco de ‘rap’, o no exactamente, a pesar de que hay mucho ‘flow’ derrochado en él y que los ‘raperos’, son una parte fundamental del conjunto.

Y luego explicaré que para disfrutar de esta maravilla hace falta tener la mente muy abierta, las orejas a punto, y muchas ganas de aceptar unas cuantas convenciones nuevas que estos artistas nos ofrecen y que están, un tanto alejadas, de las fórmulas habituales de los estilos que le sirven de referencia. Y que, por cierto, abarcan un abanico tan amplio como sorprendente.

Si señores, porque la trituradora de Donnie, Chance y sus leales, se atreven con todo. Desde el R&B ‘calentorro’ de toda la vida, como el que facturaba, por ejemplo el grandísimo Luther Vandross, que abordan sin complejos en ‘Caretaker’, a las armonías vocales gozosas tomadas de los mismísimos Beach Boys con que arranca ‘Miracle’, el primer tema del álbum.

Y aún hay más, piezas casi instrumentales atrevidos y sazonadas con aromas de free jazz, a las que no hubiera hecho ascos un Lester Bowie, por ejemplo, como ‘Just Wait’o canciones comerciales sin complejos con estribillos demoledores, pero deconstruidos, como ‘Familiar’ y funk a lo Rick James en esa canción ‘protesta’ titulada ‘Wanna Be Cool’, en la que ponen en solfa ese rap actual lleno de poses hipócritas del que hablábamos antes.

Para colmo, estos chavales se lo han debido pasar estupendamente grabando esta simpática travesura y ese, aparente, buen rollo, se transmite sin problemas por los altavoces. Son una banda de colegas en estado de gracia que han hecho este disco, con la actitud de quién se ha reunido en un estudio de grabación para celebrar una fiesta de cumpleaños.

Por eso, hay tanta diversión y buena música en el disco y su escucha abre rápidamente el apetito de ver a este nutrido combo sobre un escenario repitiendo la jugada. Sí, amigos, esto tiene que sonar de miedo en directo. En especial, números como ‘Go’, ese zambombazo de consumo fácil, que incluye unas cuantas ráfagas letales de música disco ‘setentera’ que, sin duda, animaran de inmediato al respetable a mover el esqueleto.

En definitiva, tal vez, ‘Surf’ sea el disco que recomendar a ese amigo de cierta edad, como la que yo mismo tengo, que insiste una vez y otra también, en asegurar que en la música negra con ambiciones de clásico, no ha vuelto a aparecer nada medianamente potable desde los heroicos tiempos del triunvirato invencible que formaron, hace unas cuantas décadas, Stevie Wonder, Prince y Michael Jackson.

Lo cierto es que, con independencia de los gustos personales de cada uno, resulta inevitable admitir que en este álbum, Donnie Trumpet, Chance The Rapper y el resto de los componentes de The Social Experiment, más su larga e impresionante nómina de invitados, han abierto unas cuántas nuevas vías por las que, sin duda, va a transitar en el futuro esa música burbujeante y fresca que algunos aún llamamos ‘pop’ intemporal y sin la cuál nuestra vida sería bastante más aburrida de lo que es.

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