‘In Colour’, un disco de Jamie XX

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‘In Colour’, un disco de Jamie XX

In colour

El joven artista londinense cambia el rumbo de la música moderna con su mezcla explosiva de pop y música electrónica. Hay quien quiere convertir a Jamie XX en el nuevo genio revolucionario de la música pop. La luminaria definitiva de la música pop de esta segunda década del siglo XXI tan cargada de tendencias que compiten por hacerse con la denominación de origen de las últimas vanguardias.

Y, es cierto, que la idea no es del todo descabellada. Hay base sobre la que erigir el nuevo momumento. Al fin al cabo, lo que tenemos aquí es a un tipo de éxito, el líder de uno de los grupos de más rabiosa actualidad, The XX, dispuesto a iniciar una aventura, más o menos lejos, del ‘soniquete molón’ que le ha proporcionado dinero y fama.

Un pipiolo, prácticamente, que aún en edades calificables como de ‘tierna juventud’ ha querido iniciar una carrera en solitario paralela, un tanto remolona, eso sí, y se ha atrevido a introducir el veneno del pop melódico en el proceloso mundo de los disc-jockeys electrónicos de última generación.

Ya saben esas estrellas del momento presente, mutimillonarias y glamourosas que practican, casi por sistema, el aniquilamiento sin piedad de la concurrencia con su ‘chunda chunda’ vil, repetitivo, cansino, cuadriculado y, habitualmente, exento de melodía que domina las pistas de baile de casi todo el planeta tierra.

Y tenemos un disco, ‘In Colour’ que, según cuentan las crónicas-panegírico que le han dedicado las revistas ‘modelnas’ y ‘hipsters’, es algo así como la cuadratura del círculo. Justamente la colección de canciones que el mundo necesitaba en este preciso momento.

Yo no me atrevería a decir tanto. Pero sí es verdad que el cóctel que Jamie ha elaborado tiene buen sabor. Y, quizá lo más importante para un veterano como el que suscribe, no deja demasiada resaca después de haber sido ingerido en dosis, más o menos, masivas.

Además, es bonito. Por ‘baboso’ que resulte el adjetivo. Hay pasajes de mucha belleza, sutilmente melancólica, en estos 42 minutos de música repartidos en 11 temas que Jamie XX ha elaborado pacientemente, a lo largo de seis años y que acaba de poner a disposición de su público.

El problema en mi caso, como siempre la edad debe tener algo que ver, es que los momentos que encuentro más interesantes en el disco, coinciden con aquellos en los que es más fácil percibir el rastro del ‘formato’ canción de toda la vida. Será que a estas alturas los experimentos han empezado a cansarme.

Me pasa también con otros practicantes de esta religión ultramontana y emergente, como Todd Terje, Caribou o The Field. Es cierto que puedo reconocer el interés de alguna de sus propuestas, pero me desengancho con suma facilidad cuando, a mi modo de ver, se pierden por las ramas de la electrónica pura y dura.

Yo, ya saben, soy fan de las operetas de tres minutos con presentación, nudo y deselannce. Y por eso tampoco me importa que en algunos momentos, la música de Jamie pierde parte de su originalidad para asemejarse quizá demasiado a la que factura con su banda.

Más bien al contrario. Mi canción favorita del disco por el momento es ‘Loud Places’, un medio tiempo en el que el ritmo, casi minimalista, mantiene en permanente flotación una melodía etérea y moderadamente pegadiza, entonada con el punto justo de dulzura por Romy, también componente del grupo de éxito en el que milita nuestro protagonista.

Y mis preferencias se concentran también en otros dos de los temas cantados de un disco que es fundamentalmente instrumental. ‘Stranger In A Room’, en el que pone la voz, Oliver Sim otro de sus compinches en The XX y, la muy criticada ‘I Know There’s Gonna Be (Good Times)’, donde cuenta con la ayuda de Young Thug y Popcaan.

Pero también me han seducido otras como ‘The Rest It´s Noise’, que sí, es cierto que se asemeja un poco a lo más conocido de Jean Michel Jarre y, seguramente por eso me gusta o ‘Obvs’, con ese riff inicial repetitivo, machacón y pegadizo, que oficia como ‘cicerone’ en una suerte de viaje cósmico con su gozoso puntito psicodélico.

Total que no voy a poder decirles todavía si este Jamie XX será, en mi opinión, el genio que diseñe las rutas por las que esta llamada a transitar la música del futuro. Pero, muy a mi pesar, tengo que reconocer que, si sigue en esta línea, lo mismo no sería tan raro. Con el permiso de D’Angelo, por supuesto.

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