‘Matar al mensajero’, una película de Michael Cuesta

La butaca

‘Matar al mensajero’, una película de Michael Cuesta

Matar al mensajero, una película de Michael Cuesta

Narra, recuperando el espíritu de las películas de periodista de Alan J. Pakula, la historia del reportero Gary Webb, que descubrió las conexiones de la CIA con el narcotráfico. ‘Todos los hombres del presidente’ o ‘El último testigo’ convirtieron a Alan J. Pakula en el director referente del cine sobre el periodismo comprometido con la verdad. El espíritu de estas películas conspiranoicas de la década de los 70 vuelve a la gran pantalla de la mano de Michael Cuesta con ‘Matar al mensajero’.

En especial, la cinta de Cuesta, curtido en los últimos años en tramas de complots y maquinaciones con la serie ‘Homeland’, mira a la primera de ellas, en la que Robert Redford y Dustin Hoffman se meten en la piel de los periodistas del famoso caso Watergate. ‘Matar al mensajero’ también cuenta la historia real de un reportero que destapó un escándalo político en EEUU, aunque en este caso desde un medio mucho más modesto que el Washington Post.

El protagonista es Gary Webb (Jeremy Renner), del periódico local San Jose Mercury News, quien a mediados de los 90 sacó a la luz las conexiones de la CIA con el tráfico de drogas de Nicaragua a EEUU para financiar a la Contra, que combatía al Gobierno del FSLN, cercano al comunismo, en el país centroamericano.

La entrada de estas sustancias con el consentimiento de las autoridades en la época de Reagan inundó de crack los barrios marginales de grandes ciudades como Los Ángeles, desencadenando las altas tasas de drogodependencia en los suburbios. «El fin justifica los medios», defendían.

Pero la investigación con tintes de ‘thriller’ de intriga política avanza pronto hacia un drama personal y se centra más en las consecuencias que la publicación de estas informaciones acarrean al periodista. Fue cuestionado y presionado por la CIA, así como por los grandes medios, que no perdonaban que un reportero de una pequeña publicación les hubiera ‘robado’ una historia tan potente.

Se transforma así en una especie de ‘biopic’ sobre un hombre que se ve acorralado por buscar y contar la verdad. Tras encumbrarle en la cima, la propia prensa, bien sea por miedo o por servilismo al poder, le abandona e intenta desmontar su versión.

Lo importante para el realizador, más que lo que el protagonista desvela, es la figura del periodista íntegro, de Gary Webb, interpretado por un destacado Jeremy Renner, que sabe mostrar todos los matices del personaje.

Para focalizar el interés de la cinta en la decadencia del periodista, la película dirigida por Cuesta y escrita por Peter Landesman (basándos en dos libros, uno del propio Webb y otro de Nick Schou) sacrifica muchas cosas. Desaprovecha la potente historia de investigación y conspiración política que se trae entre manos.

El hilo que sigue Webb desde que la novia de un narco le da las primeras pistas de la trama hasta que descubre toda la conspiración se presenta de forma atropellada y demasiado esquemática. De esta manera, la narración, aunque no pierde el pulso, sufre altibajos.

Por su parte, en el terreno visual, también se dejan ver las dos partes en las que se divide el film, reservando un tono más oscuro para los momentos en los que el periodista se ve sobrepasado. Como hilo conductor, Cuesta echa mano de imágenes de televisión reales para mostrar el contexto.

Algunos de estos archivos audiovisuales de la historia estadounidense se utilizan en el arranque de la cinta. Entre estas imágenes aparece Nixon, en clara referencia, desde el primer momento, a ‘Todos los hombres del presidente’. Como aquella, ‘Matar al mensajero’ es una película interesante y un homenaje al periodismo de investigación que busca la verdad cueste lo que cueste. De recomendada visión para aquellos que quieren acercase más a la historia de esta profesión y, en concreto, al caso de Webb, se queda, sin embargo, por debajo de la gran obra que podría haber sido.

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