Beau Soir, siete siglos de grandes canciones

El Interludio

Beau Soir, siete siglos de grandes canciones

Beau Soir

Isabel Alvárez, Andreas Prittwitz e Iñaki Salvador interpretan con aires de jazz un puñado de temas inolvidables escritos durante los últimos 700 años. Son canciones, sí. Compuestas por grandes músicos durante los últimos 700 años, más o menos. De eso se trata el proyecto Beau Soir, puesto en marcha por la soprano Isabel Alvárez, el saxofonista y flautista Andreas Prittwitz y el pianista Iñaki Salvador, que presentan estos días su primer disco conjunto, en el que utilizan, además los aires de frescura e improvisación que aporta el jazz para dar homogeneidad al conjunto.

¿Una herejía? Quizá no tanto. Más bien un salto mortal sin red de unos artistas dispuestos a correr riesgos para abrir nuevos caminos sonoros.

Pues eso, que son canciones. Y tal vez fueran compuestas en el siglo XV, el XVI, el XVII, el XVIII el XIX o a principios del XX. Y hasta puede que sus autores no intuyeran que, en realidad, formaban parte de una corriente estilística y de pensamiento en la que, mucho tiempo después, se integrarían otros artistas notables como Joan Manuel Serrat, Burt Bacharach, Ray Davies o John Lennon y Paul McCartney, por nombrar a algunos. Músicos ya inmortales también a quienes, por cierto, han versionado, y con mucho acierto, grandes ‘jazzistas’ de la categoría del gran Tete Montoliu.

Fuese como fuese, en algún momento artistas como Monteverdi, Orff, Bach, Satie, Debussy o Richard Strauss se dejaron atrapar por la magia de una melodía y confiaron en la potencia de una voz y la capacidad de comunicación de un texto para lanzar aire un mensaje que creían memorable.

Capturaron un sentimiento para devolvérselo al público en un formato que este pudiera hacer suyo sin necesidad de poseer unas cualidades especiales para apreciarlo y hasta reproducirlo. Es decir, insisto, hicieron canciones. Grandes canciones. Y, como explica Andreas Prittwitz, en conversación con www.elboletin.com, a una “buena canción le sienta bien cualquier traje?”.

¿Incluso un ropaje cercano al jazz, con toda su carga de música visceral, urgente e irrepetible? Pues, según los resultados conseguidos por Prittwitz, y sus dos cómplices en el proyecto Beau Soir, todo parece indicar que sí.

La idea fue de Isabel Alvárez, que ya había colaborado antes con el saxofonista y que, según ha dicho alguna vez, admira a Ella Fitzgerald más que a ninguna otra intérprete. Ella seleccionó las canciones, le puso nombre al grupo y convenció a los otros dos componentes de este trío de músicos de lujo, que se completa con el pianista donostiarra Iñaki Salvador.

Música vocal

-¿Cómo se les ocurrió la idea de interpretar en clave jazzística piezas de música vocal clásica?

-La idea original de este proyecto fue de Isabel Álvarez que, muy cabezota ella, se empeñó en juntarnos a Iñaki y a mi para hacer algún concierto con este repertorio que ella había elegido. La primera experiencia de ensayo y grabación de la maqueta fue tan buena que decidimos grabarlo también en un disco. De hecho, hay tres piezas que están tal cual como se grabaron en la maqueta…

-En mi opinión el disco de ‘Beau Soir’ es, fundamentalmente, una colección de canciones. ¿Está de acuerdo con esta apreciación?

-Sí, por supuesto. ¡La idea es que sean canciones! Es una especie de homenaje a la historia de la voz en la música de cámara, desde el medievo hasta el siglo XX.

-¿Cree que las ‘buenas canciones’ son intemporales? ¿Qué superan el paso del tiempo sin problemas y resisten cualquier cambio de estilo que se les aplique?

-No sólo son intemporales si no que se asemejan mucho más entre sí de lo que parece. Desde siempre ha existido el formato canción con sus estrofas y estribillos, buscando la “comercialidad” de ser fácilmente recordadas, como en el Pop. Por lo tanto, estas canciones aceptan muy bien ser arregladas y revestidas con otros “trajes”.

Repertorio

-¿Qué criterios han seguido para elegir el repertorio?

-A parte de buscar la máxima calidad musical: su representatividad estilística de cada época y que sean conocidas. Al “arriesgar” con arreglos jazzísticos que no todo el mundo conoce ayuda mucho que la obra se conozca previamente.

-¿Cómo surgió la idea de hacer este trabajo? ¿Habían colaborado ya previamente en algo ustedes tres?

-Yo había colaborado con Isabel Álvarez en varias ocasiones dentro del ámbito de la música antigua, de la cual ella es una gran experta. A Iñaki le conocía pero nunca habíamos trabajado juntos. Fue Isabel la que se empeño, con gran sentido visionario, en que este trío teníamos que ser los que somos o no se hacía…

-¿Hay puntos de contacto entre este trabajo y la serie ‘Lookingback’ en la que usted aplica criterios parecidos para la música barroca?

-Sí, hay claras coincidencias pero también grandes diferencias. En común: el respeto total por la obra original. Quiero decir: no cambiar armonías y estructuras por que sí, sino construir a partir una parte importante de la partitura original. En ‘Lookingback’ llevo ese concepto más lejos y la obra prácticamente se queda en su estado natural, tanto por el arreglo como por la instrumentación.

-¿Ha resultado fácil para tres músicos tan diferentes como ustedes integrarse en un proyecto común?

-La conexión artística fue inmediata entre nosotros, como os conté al principio. Y eso no ocurre tantas veces en la vida de un músico como parece. Al revés, es muy raro. Y cuando ocurre es como un sueño feliz, todo se vuelve de color rosa… jajaja.

¿Consideran que han sido respetuosos con la música que interpretan?
-Sí, y si a alguien no le parece le puedo decir que no era nuestra intención de ofender a nadie. Hay mucha gente que no está segura de si les gusta este tipo de invento. Yo lo entiendo y respeto, no siempre nos tiene que gustar todo lo que escuchamos. Pero tampoco nadie va a enfermar por abrir un poco su horizonte musical y escuchar cosas nuevas.

Jazz

-¿Cómo transcurrió la grabación? ¿Se hizo siguiendo las reglas canónicas de los viejos discos de jazz y tocaron todos juntos a la vez en el estudio?

-Sí, por supuesto. Yo, como productor, siempre grabo en directo por lo menos el 70 % de la música, incluso si es un producto comercial. La tecnología lo permite perfectamente y la diferencia de energía y emoción musical en comparación de un disco grabado por pistas aisladas es enorme. En este caso de Beau Soir realmente había que hacerlo así, como los antiguos discos de jazz, se reunían y conocían en el estudio y en dos días habían grabado un disco para la historia… No sé si es nuestro caso, jajaja, pero para nosotros grabar en directo es la única forma de preservar toda la espontaneidad y frescura que nuestra música puede tener.

-¿Cómo se plantean llevar a cabo las actuaciones de presentación del disco?

-La presentación oficialmente será del 6 al 12 de octubre en el mítico Café Central de Madrid. Serán 7 conciertos seguidos estupendos, en el sitio idóneo para nuestra forma de entender la música. A partir de ahí, lo que salga que sean festivales de música clásica o jazz, teatros, plazas de toros, campos de futbol…jajaja.

-¿Tienen idea de darle continuidad a la banda o quedará limitada a este único trabajo?

-Discográficamente no sabría contestarte por ahora. Los tres estamos en un montón de proyectos diferentes y con muchísimos trabajo. Así que creo que este disco dará un tiempo de si. Pero, por supuesto, como buenos jazzistas, iremos actualizando el repertorio en cada concierto y eso fácilmente termina en un segundo disco.

-Han elegido una discográfica independiente para publicar este trabajo ¿Intentaron llevar el proyecto a alguna ‘major’?

-No, ni lo intentamos. Hoy en día es tiempo perdido. Las grandes nunca se han interesado por este tipo de proyectos pero ahora ya ni pueden. En cambio, con una independiente es mucho más fácil moverse, darte a conocer por todo el mundo con un clic, promocionarte, etc. Las nuevas tecnologías han abierto muchas puertas a las músicas interesantes.

-¿Hay mercado para este tipo de iniciativas? ¿O se ha tragado la Red a todos los melómanos y los buenos aficionados?

-Claro que hay mercado, no muy grande, pero accedes a él en todo el mundo. Los melómanos y buenos aficionados pueden comprar tu música, en formato CD o digital, sin tener que perder horas buscando en tiendas que luego, por supuesto, justamente tienen agotado tu disco. Esta misma mañana, en cambio, he vendido tres discos de ‘Lookingback’ en Japón y así, el goteo es constante.

-¿Cuál es su opinión sobre el momento actual que vive la Cultura en España?

-Para no hablar durante un par de horas, enfadarme, desesperarme, llorar y tirarme al suelo y hacerme el harakiri simplemente una palabra: ¡dramático!

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