‘Hermosa juventud’, una película de Jaime Rosales

La butaca

‘Hermosa juventud’, una película de Jaime Rosales

Hermosa Junvetud

El irónico título de la película esconde un duro retrato de la juventud española sin perspectivas ni esperanzas. La última película de Jaime Rosales, ‘Hermosa juventud’, se estrenó hace una par de semanas después de pasarse por la prestigiosa sección ‘Una cierta mirada’ (‘Un certain regard’) del Festival de Cannes, dedicada a cintas originales y diferentes. En ella, el director sigue fiel al realismo y la experimentación con el lenguaje cinematográfico presentes en sus trabajos anteriores.

El irónico título de la película esconde un duro retrato de la juventud española sin perspectivas ni esperanzas, proyectada en Natalia (Ingrid García-Jonsson) y Carlos (Carlos Rodríguez), una pareja de veinteañeros que intenta sobrevivir en un país en crisis. Dos jóvenes de barrio, con limitados recursos y sin ambición ni ilusión, que ven como su vida cambia con el nacimiento de su hija.

Como es habitual en su cine, Rosales no juzga a sus personajes, que en un primer momento parecen acomodarse y conformarse con lo que hay; no se esfuerzan por cambiar las circunstancias porque no tienen esperanza. Tampoco lo hace cuando la pareja decide probar el porno ‘amateur’ para sacarse un dinero.

Pero la llegada del bebé todo lo cambia, al menos, para ella. La responsabilidad de tener a alguien a su cargo hace a Natalia abandonar la resignación y luchar por mantener a su familia.

El director se empeña de nuevo en mostrar la realidad de la manera más fiel posible con un estilo casi documental. Acciones y personajes que entran y salen del plano, situaciones cotidianas que pocas veces se muestran y diálogos marcados pero no escritos (en cada toma, los actores improvisan la conversación como si fuera la primera vez para aportar naturalidad). Sitúa la cámara delante de la realidad para mostrarnos lo que hay.

Este realismo es el que impulsa la experimentación narrativa de Rosales, que aquí se traduce en el uso de las nuevas tecnologías. Las imágenes rodadas en 16 mm. se mezclan con otras grabadas por los actores con sus ‘smartphones’ o por Skype. Además, utiliza el WhatsApp en un par de ocasiones para mostrar el paso del tiempo a través de las conversaciones y fotografías enviadas. Un recurso que pretende mostrar la dependencia del móvil de los jóvenes, pero que llega a resultar pesado.

Sin embargo, la innovación y experimentación estilística del realizador es en esta ocasión mucho más ligera que en sus trabajos anteriores, dando lugar a su película más accesible (y aun así, está enfocada para públicos minoritarios). El contenido prevalece sobre la forma, al contrario que en ‘Sueño y silencio’ o ‘La Soledad’, en las que los desafíos estéticos estaban aún más alejados de lo convencional.

Resulta indispensable en la película la interpretación de los actores protagonistas, en especial la de Ingrid García-Jonsson, que muestra una naturalidad necesaria para que la cinta funcione. Una actuación sobresaliente.

Pese a que algunas situaciones parecen forzadas, ‘Hermosa juventud’ es el reflejo de gran parte de la juventud española: perdida, sin trabajo, sin interés y con la emigración siempre en mente. Una retrato que lleva a un final durísimo, que queda marcado en el espectador como una patada en el estómago.

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