La policía alemana investiga un robo cometido por el monstruo de las galletas

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La policía alemana investiga un robo cometido por el monstruo de las galletas

Triki, el conocido Monstruo de las Galletas de Barrio Sésamo, ha reivindicado el robo de la enorme galleta dorada que adornaba la fachada de la central de la empresa alemana de productos dulces Bahlsen, de donde desapareció hace dos semanas.

Según informa Efe, la curiosa carta reivindicativa llegó acompañada por una fotografía en la que puede verse a una persona disfrazada como el Monstruo de las Galletas con el objeto robado en sus manos y el gesto de darle un mordisco.

La policía de Hannover, sede de Bahlsen, confirmó hoy que investiga la aparición de la fotografía y un mensaje con exigencias de los cacos para la devolución del emblema, como regalar galletas a los niños de un hospital o donar mil euros a un asilo de animales.

La galleta gigante, de metal dorado y unos 20 kilos de peso, colgaba, soportada por las estatuas de dos figuras masculinas, de la fachada de la empresa Bahlsen, fundada en 1889 y una de las más antiguas del sector en Alemania.

"Estudiamos si se trata de una auténtica carta para asumir el robo o de si solo es una broma", señaló un portavoz policial al informar sobre el mensaje enviado a la redacción del diario local Hannoverschen Allgemeinen Zeitung, redactado con recortes de titulares de periódicos.

Entre tanto, una portavoz de la empresa Bahlsen, que ofrece una recompensa de 1.000 euros por pistas que conduzcan a la recuperación de la galleta metálica, ha asegurado que "no se trata de una acción publicitaria de nuestra empresa, jamás en la vida".

El mensaje de los presuntos autores del robo exige para devolver el objeto robado que Bahlsen suministre galletas gratuitamente al hospital infantil de Hannover y que los 1.000 euros de recompensa que ofrece para recuperar la galleta sean entregados al asilo de animales de Langenhagen.

Además del mensaje y la fotografía, la policía cuenta como única pista con la declaración de un testigo que pudo ver a dos hombres vestidos con ropa de trabajo oscura y una escalera en el momento en el que echaban mano de la galleta "secuestrada"

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