Ventajas e inconvenientes a la hora de abrir un bar

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Ventajas e inconvenientes a la hora de abrir un bar

Barra de bar

¿Más ventajas que desventajas? Si el proyecto triunfa, definitivamente será así, si no, sucederá al revés, y tras un tiempo habrá que tomar otra decisión, la de seguir intentándolo o asimilar la derrota y cerrar.

Frecuentemente, a lo largo de nuestra vida, hemos escuchado aquello de «trabajar en la hostelería es muy sacrificado». Y es que es cierto que no todos son ventajas a la hora de emprender un negocio. En muchas tareas del día a día nos pueden ayudar los nuevos softwares para bares, pero no pueden decidir por nosotros si emprender o no.

¿Más ventajas que desventajas? Si el proyecto triunfa, definitivamente será así, si no, sucederá al revés, y tras un tiempo habrá que tomar otra decisión, la de seguir intentándolo o asimilar la derrota y cerrar.

¿Qué es lo que se ha de tener en cuenta a la hora de abrir un bar? Lo primero es saber qué tipo de establecimiento se quiere: si cafetería, bar de tapas, restaurante, bar de copas, etc. Una vez se tenga claro esto que, lógicamente, a lo largo de la vida del sitio, puede variar, habrá que plantearse en qué zona se pretende ejercer la actividad.

Aquí entran en juego algunos de los factores más importantes: precios y competencia. Respecto al primero, no nos referimos a tarifas de nuestros productos, si no a precios de los locales. ¿Alquiler, traspaso, obra nueva? Implican unos costes fijos y, dependiendo de la zona, pueden ser muy altos, por lo que en los objetivos de negocio la persona ha de tener muy claro que tiene que ganar suficiente para afrontar el pago del alquiler, reponer los alimentos y la bebida, pagar los suministros, a los empleados, etc.

Para poder decantarse por una zona u otra hay que hacer un estudio de mercado, sobre todo si se quiere ir a mercado de nicho. Habrá que preguntarse algo como «¿por aquí cerca hay algo parecido a lo que quiero montar yo?». Si lo hubiese, a veces resulta también interesante poder conocer la aceptación e incluso arriesgarse para que los clientes puedan elegir entre varias opciones.

Porque lo más importante para que un bar o cualquier negocio triunfe es, justamente, conseguir un volumen de clientes suficiente y que, además, estén satisfechos, ya que la satisfacción de un cliente a veces se traduce en la llegada de otro potencial.

Con estos dos puntos se podría justificar algo la frase de «trabajar en la hostelería es muy sacrificado», porque, en los primeros años de actividad, los impulsores del negocio deben dedicarle toda su atención para que se vayan cumpliendo los planes y los objetivos de negocio, tanto los numéricos como los que no son materiales, tales como trato a la clientela, servicio, limpieza, etc.

Dedicar toda la atención a una actividad significa pasar horas y horas trabajando, renunciando a tiempo libre, a estar con la familia o los amigos y a descansar. Pero esto también tiene parte de su encanto, las relaciones humanas con los clientes, entender qué es lo que quieren y poder afinar la oferta, y en el caso de que la actividad vaya bien y alcance el éxito, merece la pena echar la vista atrás y darse cuenta que todo el esfuerzo inicial tuvo su recompensa, en números, en reputación y, sobre todo, en satisfacción personal.

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