Tres hijos del bluesman habían demandado a la manager del artista dos semanas antes de su fallecimiento. Sucede siempre cuando fallece un artista de éxito y con derechos de autor que legar a sus herederos: la disputa por la herencia ofrece al público episodios lamentables, llenos de tensión y con todos los ingredientes de los mejores dramas judiciales rodados en Hollywood.
Y, en los últimos años ha habido unos cuantos decesos de grandes artistas afroamericanos como James Brown o Michael Jackson en los que la pelea por la administración del legado ha sido especialmente dura.
La historia, por supuesto, va a repetirse con BB King. Con una característica añadida, la batalla legal había comenzado ya. Hace unas semanas. Incluso antes de que el viejo bluesman dijera adiós a este mundo.
Y eso que BB, no era un artista millonario. Con 15 hijos de diferentes esposas, de los que aún sobreviven 11 y algún que otro problema financiero que se encontró por el camino, el artista estuvo de gira casi hasta el final de sus días.
Tocaba porque necesitaba el dinero. O eso decía el, medio en serio o medio en broma, aludiendo además a sus prole y los cheques que se veía obligado a pagar sus ‘exs’ como problemas. Aunque también se rumoreaba que no había perdido su afición por los casinos y las apuestas.
Fuera como fuera, King daba una media de 200 conciertos al año. Hasta que dejó de poder hacerlo y empezó la batalla. Tres de sus hijos habían demandado a su manager Laverne Toney, a la que acusaban de haber aislado al anciano artista, aprovechando su enfermedad, para quedarse con su patrimonio.
Según esta versión, Toney, incluso había impedido a sus amigos músicos, como Eric Clapton o Carlos Santana, que pudieran visitar al artista en sus últimas semanas de vida. Temían que el guitarrista contara la verdad.
La tensión había llegado a tal punto que el pasado 30 de abril, la policía tuvo que presentarse en la casa del bluesman para interrumpir una agria disputa entre Toney y Patty King, una de las hijas de BB.
La cuestión acabó en los tribunales que inicialmente han dado la razón a la manager. Según Toney, los hijos de King jamás se preocuparon de su padre mientras este pudo mantener su ritmo de trabajo y pagar los cheques.
Al parecer, según la prensa estadounidense, el fallecimiento del bluesman no ha servido para que las dos partes enfrentadas firmen la paz. Más bien al contrario. Aunque el patrimonio del artista no superaría los 30 millones de dólares (26,31 millones de euros), la gestión de sus derechos de autor y de su material puede ser muy lucrativa.
Algunos portales de Internet creen que, a pesar de que el negocio no podrá alcanzar las cifras astronómicas de ingresos anuales que consiguen, por ejemplo, los herederos de Elvis Presley, unos 55 millones de dólares al año (48,23 millones de euros), sí puede ser una auténtica mina de oro.
