Birdman (o la inesperada virtud de la ignorancia), una película de González Iñárritu

La butaca

Birdman (o la inesperada virtud de la ignorancia), una película de González Iñárritu

Imagen de la película Birdman

Una estrella de cine que tocó el cielo con su disfraz de ‘hombre pájaro’ para caer en el olvido. Una estrella de cine que tocó el cielo con su disfraz de ‘hombre pájaro’ para caer en el olvido. Es Riggan Thompson, el protagonista de ‘Birdman’. Pero también Michael Keaton, el actor que le da vida. Tras encarnar al ‘Batman’ de Tim Burton, Keaton se dejó ver en alguna cinta como ‘Mis dobles, mi mujer y yo’, de Harol Ramis o ‘Jackie Brown’, de Quentin Tarantino, para acabar en los últimos tiempos de secundario en producciones tan cuestionables como el ‘remake’ de ‘Robocop’ o ‘Need for Speed’.

No es casualidad, por tanto, que haya sido el elegido por Alejandro González Iñárritu para meterse en la piel de un actor en horas bajas que perdió su espacio al quitarse el traje de superhéroe. Riggan quiere recuperar la fama perdida, pero también lograr el prestigio que nunca tuvo por protagonizar una saga demasiado comercial, llevando a las tablas de Broadway el relato ‘De qué hablamos cuando hablamos de amor’, de Raymond Carver. Lo arriesgará todo, poniéndose a los mandos de la dirección y de la adaptación del guión e interpretando al protagonista.

A medida que se acerca el estreno de la obra, aumentan las trabas que Riggan se encuentra en el camino. A su lado estarán su hija (Emma Stone), que acaba de salir de rehabilitación; el productor (Zach Galifianakis), un viejo amigo; y el reparto, en el que se encuentra un problemático actor teatral de éxito, Mike Shiner, (Edward Norton) con el que no hará buenas migas.

No desvelaremos si Riggan consigue su objetivo o no, pero el ‘rescate’ de González Iñárritu a Michael Keaton sí que ha dado sus frutos: se llevó el Globo de Oro al mejor actor de comedia el pasado domingo y todo apunta a que también tendrá que hacerle un hueco al Oscar.

A estos premios, pero en la categoría de mejor actor de reparto, también ha sido nominado Edward Norton. Aunque no se ha llevado el galardón (y parece que tampoco lo hará en los Oscar), su personaje y la lucha de egos que mantiene con el protagonista son los aspectos más destacados de la película. Mike es un actor con talento, pero ambicioso e insoportable. Y Norton lo borda. Incluso supera a Keaton.

Pero a los conflictos que el protagonista tiene con Mike y a su lucha por salir de nuevo a flote en el panorama cinematográfico se suma una batalla más: la que debe librar consigo mismo, contra la sombra de ‘Birdman’ que le persigue incesante.

Todos estos frentes se libran en una tragicomedia llena de ironía y críticas al mundo del espectáculo, a la fama, a la cultura del Facebook, el Twitter y los ‘selfies’, e incluso a los críticos de cine y teatro.

Iñárritu rompe así con sus trabajos anteriores para decantarse por un tono más satírico que mezcla lo terrenal con lo fantástico. También arriesga en lo formal. El director de ’21 gramos’ y ‘Amores perros’ apuesta por presentar la película en un falso plano secuencia que acompaña a los personajes a lo largo del film.

Para lograr este experimento, que en un primer momento resulta agobiante, se ha tenido que planificar todo al detalle. Posiciones de cámara, movimientos, interpretaciones… Una preparación que se deja notar, pues es inevitable que la cinta y algunas de las situaciones que nos presenta resulten impostadas, artificiosas.

La sensación de fatiga del plano secuencia se ve acentuada por una banda sonora que solamente utiliza un instrumento, la batería. El sonido de los platos, que parece aleatorio pero está totalmente milimetrado, agudizan el clima de tensión.

Pero pese a presentar muchos elementos interesantes, tanto en la realización como en la historia, a ‘Birdman’ cuesta cogerle el pulso. Y, cuando más tarde conseguimos hasta vibrar cuando el protagonista se viene arriba, la cinta acaba perdiendo el rumbo en su final.

El trabajo de Iñárritu se ha convertido en el gran rival de Boyhood, la favorita en la carrera hacia el Oscar. De momento, ha conseguido nueve nominaciones a los premios más populares del cine, liderando la batalla junto a El gran hotel Budapest, y una gran acogida por parte de la crítica, que podría no ser compartida con el público general.

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