Mariah Carey firma un contrato millonario en Las Vegas para reflotar su carrera

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Mariah Carey firma un contrato millonario en Las Vegas para reflotar su carrera

Mariah Carey

La cantante firma un contrato de 30 millones de dólares (25,6 millones de euros) para hacer una residencia en el hotel Caesars Palace. Puede que la carrera de Mariah Carey haya emprendido una incuestionable cuesta abajo, pero a las viejas estrellas a punto de pasarse de moda siempre les quedará Las Vegas, como prueban algunos de los momentos menos brillantes de la trayectoria de grandes como Elvis Presley o Tom Jones.

De modo que Carey quizá no consiga volver a convertirse en una voz de referencia de la música pop. Pero todavía es la reina de los karaokes. Y ese título le ha servido para revitalizar su cuenta corriente al permitirle firmar un contrato de 30 millones de dólares (25,6 millones de euros) con el mítico hotel Caesars Palace de Las Vegas, donde hará una residencia.

El contrato fue confirmado ayer mismo por la cantante en el programa de Ellen Degeneres, aunque no se refirió a las cifras de su retribución. Los números han circulado estos días por distintos portales de Internet sin que ni los portavoces del hotel ni nadie del entorno de la diva emitieran un desmentido.

Las lenguas más viperinas del sector y las páginas web de cotilleos aseguran que, a pesar de que Mariah ha conseguido más dinero que el que obtuvo Britney Spears por realizar un trabajo parecido, Carey era sólo la segunda opción del hotel. En el Caesar, dicen, habrían preferido a Celine Dion. Pero la canadiense se mantiene alejada de los escenarios a causa de la enfermedad de su marido.

En cualquier caso, Mariah va a intentar aprovechar la oportunidad y promete convertir los conciertos de esta residencia en Las Vegas, en unos shows muy especiales. El repertorio se basará en los 18 mayores éxitos de toda su carrera con unos arreglos nuevos, preparados especialmente para la ocasión con idea de aprovechar al máximo el potencial de un formato en el que prima lo orquestal y la contundencia rítmica.

Y tal vez el material propicie un nuevo disco en directo que le permita superar el bache vendedor de sus dos últimos álbumes, el decepcionante ‘Glitter’ y ‘Me. I Am Mariah’. En este último caso, el resbalón quizá duele más porque casi por primera vez en su historia, la crítica ‘moderna’ había sido benevolente con un trabajo suyo.

Pero la jugada salió mal. Mariah aún no es rescatable por los buscadores de nuevas tendencias y, sin embargo, los intentos de introducirse en la vanguardia parecen haberle costado la pérdida de parte de su público más clásico. El mismo que, probablemente, sí que vaya a verla a Las Vegas.

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