Facua lucha contra el desperdicio de alimentos a favor de los más necesitados de la mano del cómico Dani Rovira. La organización defensora de los derechos de los consumidores, FACUA-Consumidores en Acción, ha realizado una encuesta a 28 cadenas de supermercados e hipermercados con la intención de arrojar algo de luz sobre qué hacen los establecimientos con los alimentos que no venden. Tan solo ocho han sido los que han aclarado esta cuestión.
Las empresas que realizan donación de productos aptos para el consumo y han dado a conocer sus modelos de prevención y gestión de los excedentes han sido Caprabo, Covirán, Día, E.Leclerc, Eroski, Grupo El Corte Inglés, Lidl y Mercadona. Las 20 restantes cadenas que no han querido colaborar con el informe han sido Alcampo, Aldi, Carrefour, Cash Lepe, Condis, Consum Cooperativa, Euromadi, Froiz, Grupo IFA, Grupo Miquel, Grupo Moldes, Hermanos Ayala, Makro, MásyMás, Musgrave, Sabeco, Spar, Supermercados Más, Supersol y Unide.
A raíz de la situación actual de crisis económica y de sus efectos sobre millones de españoles, Facua ha lanzado una campaña informativa y divulgativa con la intención de aumentar la lista de firmas donantes. La campaña comprende dos partes, por un lado el cuestionario y por otro la elaboración de tres vídeos que bajo el lema “Lucha contra los supermercados que desperdician alimentos”, tratan de sensibilizar a los consumidores para que estos exijan a las multinacionales a que donen los alimentos aptos para el consumo que ya no pueden venderse.
Para ello, la organización ha recurrido al atractivo de los famosos, como el cómico Dani Rovira, la periodista Raquel Martos y el actor Manuel Tallafé, que lanzan mensajes directos para intentar que la concienciación sea cada vez mayor.
Facua considera que la falta de transparencia debe ser solventada para que los consumidores conozcan totalmente dónde realizan sus compras semanales.
Un estudio ha demostrado que aproximadamente el 5% de los productos comestibles aptos para el consumo humano son desechados anualmente. Y mayor fuente de desperdicio corresponde al sector de la distribución, porcentaje que aplicado a los 7,7 millones de toneladas que se desechan en España al cabo del año darían como resultado unas 1.000 toneladas desperdiciadas cuando cierran cada noche los establecimientos en España, según los datos recogidos por la Comisión Europea.
La cantidad de residuos alimentarios anuales asciende a 89 millones de toneladas en los 27 estados miembros de la Unión Europea. Lo que supone 179 kilos de desperdicios por habitante. Los cuales se prevé que alcancen en 2020 los 126 millones de toneladas (un aumento del 40%), a no ser que se tomen medidas preventivas, como propone Facua.
El Parlamento Europeo ha aprobado en enero de 2012 un informe, en el que se exigían las medidas de urgencia para reducir el desperdicio de comido de cada a 2025.
Por su parte, Facua exige medidas legislativas para obligar a todos los supermercados del sector a que informen sobre si realizan políticas sociales corporativas y al mismo tiempo, practiquen con el ejemplo de donar productos aptos para el consumo a bancos de alimentos, comedores sociales, albergues de barrio, parroquias, asociaciones vecinales y otras organizaciones solidarias en lugar de tirarlos a la basura.
Cada día se destruyen en España 21.000 toneladas de comida, de las que cerca de 1.000 son responsabilidad del sector de la distribución comercial, según ha informado la organización. De ahí la insistencia de Facua por conseguir que las grandes cadenas de distribución adquieran un mayor compromiso contra el despilfarro de alimentos.
Con la intención de lograr tal fin, la asociación de consumidores ha reclamado al Gobierno y las comunidades autónomas que impulsen medidas legislativas para obligar al sector a donar alimentos aptos para consumir y que no pueden vender por motivos como defectos estéticos, la cercanía de su fecha de caducidad o que haya pasado la de consumo preferente, han informado los responsables en una nota de prensa.
Facua insta a las distribuidoras de productos alimenticios a ejecutar medidas que impidan que los excedentes diarios de comida se conviertan en basura. De esta forma se alimentaría a centenares de miles de familias españolas que actualmente pasan hambre y que no tienen recursos suficientes para costeárselos, según han informado los responsables. Y evitando que por falta de voluntad o de inversión se envíen los productos directamente a las plantas trituradoras y de tratamiento de residuos.
