Steve Lehman, mejor músico de jazz de 2014, según la crítica internacional

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Steve Lehman, mejor músico de jazz de 2014, según la crítica internacional

Steve Lehman

‘Mise en Abîme’, el nuevo disco de su Octet, consigue la aclamación unánime de los aficionados En los últimos años, un cierto aroma de conservadurismo parecía haberse instalado en la escena del jazz contemporáneo. De hecho, los músicos más jóvenes parecían apostar por una estética clásica y los valores seguros que conquistaron a las audiencias en el siglo XX, eludiendo en sus cartas de ruta la experimentación y el riesgo.

Justo el camino contrario al que ha elegido el saxofonista Steve Lehman en el último trabajo grabado por su Octet, ‘Mise en Abîme’, que ha revolucionado por completo el panorama y ha conseguido convertirse en el disco de jazz favorito de la crítica internacional en 2014.

Este joven instrumentista neoyorquino, de formación clásica y muy atento a las últimas tendencias de la música pop, ha pisado fuerte el acelerador de la renovación y ha rescatado del baúl de los recuerdos las maneras de algunos grandes mitos del ‘free jazz’, como Don Cherry o el espíritu aventurero de otros grandes del estilo de Robert Fripp y sus indescifrables King Crimson.

Con estos antecedentes pueden imaginarse que el universo sonoro de Lehman no es, precisamente, un lugar plácido y tranquilo. Ni su música proporciona el ambiente ideal para una velada romántica en un día lluvioso. Todo lo contrario, este artista no pretende ‘relajarnos’. Su apuesta es la contraria, el lucha por despertar nuestras mentes.

La suma de todos estos elementos, tan inesperados como gratificantes, configura una suerte de convulsión inesperada para una música que empezaba a parecer demasiado anclada en su glorioso pasado. Y así, Lehman podría ser definido como el artista revolucionario que ha sacado al jazz de su letargo y ha escrito las primeras piezas verdaderamente nuevas que podemos escuchar desde hace años.

Una revolución que es consecuencia de la amplia formación de este artista,forjada en días de estudio interminables a la caza del secreto oculto en las partituras más complejas. Pero que nadie se equivoque, Lehman no es un ratón de biblioteca. Ni un heterodoxo diletante.

Más bien al contrario. Se trata del tipo de músico fiel a las esencias de un estilo que requiere de la improvisación para ser lo que es. Por eso honra al pasado de un estilo siempre libre y en vanguardia, y tiende puentes hacia el futuro. Nada más. Y nada menos, claro.

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