Chequia preside la UE este semestre, un año antes que España

Chequia preside la UE este semestre, un año antes que España

A la República Checa no le queda más remedio que mantener la continuidad de los principales asuntos que desafían a la UE en este momento.

Bandera UE Union europea

Bandera de la Unión Europea

La República Checa presidirá la Unión Europea (UE) durante el segundo semestre del año sustituyendo a Francia, antes de que Suecia tome el relevo y que se lo pase a España el 1 de julio de 2023. Desde que son 27 los socios esto ocurre cada trece años y medio y tiene una cierta repercusión en cada país por el número de actos que se celebran, pero sobre todo por las políticas que se tratan de impulsar en ese período. En España, como acaba de ocurrir en Francia, muy probablemente coincidirá con un proceso electoral.

¿Qué significa presidir la UE? Pues básicamente que los representantes españoles en el Consejo son los que dirigen y coordinan los debates y tratan de desatascar aquellos asuntos que consideran más importantes e impulsan determinadas políticas, teniendo en cuenta que en la UE la mayor parte de los acuerdos se toman entre tres organismos, la Comisión, el Parlamento Europeo y el Consejo y que éste último, en el que se sientan los 27 representantes director de cada país, es el que tiene la palabra final.

El presidente francés Emmanuel Macron había planteado una presidencia para brillar y para destacar su proverbial europeísmo en un período en el que aspiraba a la reelección que consiguió en mayo pasado frente a Marine Le Pen. Pero la invasión rusa de Ucrania y el consiguiente bloqueo de parte del comercio internacional, la subida de precios y los problemas de abastecimiento de combustibles acabaron por llevarse por delante las propuestas macronianas.

De hecho, una de sus apuestas principales había sido promover la Conferencia de Europa para que los ciudadanos expresarán su parecer sobre el rumbo que debería tomar la Unión. Efectivamente las conclusiones llegaron en mayo coincidiendo con el Día de Europa, pero el presidente francés no pudo agitar esa bandera, asediado como estaba con otros asuntos más urgentes, entre los cuales la invasión de Ucrania era el más importante.

LAS PRIORIDADES CHECAS

A la República Checa no le queda más remedio que mantener la continuidad de los principales asuntos que desafían a la UE en este momento: gestión de la crisis de los refugiados y reconstrucción de Ucrania tras la guerra (cuando acabe); seguridad energética (suministro y precios); refuerzo de las capacidades europeas de defensa y ciberseguridad; resistencia estratégica de la economía europea ante los desafíos que vienen y resistencia de las instituciones democráticas (referencia evidente a Hungría y también a Polonia).

Hasta noviembre pasado Chequia formaba parte de ese grupo de países del Este que se resisten a aplicar en las reglas del estado de derecho, lo que les ha abierto serios conflictos con Bruselas. Pero en las elecciones últimas el primer ministro populista Andrej Babis perdió frente a una gran coalición de centroderecha y centroizquierda. Fue sustituido por Petr Fiala, líder de esa coalición, mucho más europeísta que su antecesor y que mantiene muy buenas relaciones con los dirigentes comunitarios. Por lo tanto, en la capital europea no hay temor a salidas extemporáneas de sus dirigentes como ocurrió con la presidencia eslovena, cuyo primer ministro, Janez Jansa, es firme partidario de Donald Trump.

La presidencia checa ha previsto numerosas reuniones y actos (más de 300) algunos de los cuales tendrán lugar en su país, una vez que ya es posible desplazarse sin restricciones. Así en octubre habrá un Consejo Europeo -el que reúne a los líderes de los 27- en Praga. Será el acto más relevante. Además, están previstas unas 50 reuniones ministeriales en Bruselas y Luxemburgo.

Pero durante todo el mandato el principal problema seguirá siendo la invasión rusa en Ucrania y las consecuencias de la misma. Crece la preocupación con respecto a la llegada del otoño y del invierno porque no hay demasiadas alternativas en muchos países europeos al suministro de gas ruso. El presidente español, Pedro Sánchez, ya ha advertido sobre los problemas que puede acarrear este conflicto.

ESPAÑA A LA ESPERA

Según el calendario comunitario la próxima presidencia le corresponde a Suecia y la siguiente a España. De acuerdo con las normas del Consejo el país saliente, el que presidente y el entrante forman el trío que dirige todos los asuntos comunitarios. A España le corresponde formar parte de ese grupo -el trío de presidencias- a partir del 1 de enero y dejará de estarlo en junio de 2024. Ante la proximidad del evento el Gobierno español ya ha puesto en marcha los protocolos para preparar esa presidencia que obligará a la utilización de todos los recursos diplomáticos. Generalmente España suele incluir en la agenda de los asuntos más importantes los relacionados con América del Sur, dada la proximidad cultural y económica.

Pero lo importante de presidir el Consejo es poder impulsar o resolver asuntos que se atascan por muchas circunstancias. Una buena presidencia europea es aquella que logra un mayor número de acuerdo entre las instituciones y desatasca temas que quedan pendientes una y otra vez.

Si bien en la Unión Europea existen tres instituciones principales para su gobierno (Comisión que lleva el día a día, aplica las resoluciones y propone las medidas a tomar; el Parlamento Europeo que somete a debate todos los asuntos y el Consejo que, con su capacidad legislativa y ejecutiva, con representantes directos de los 27 gobiernos, es el que decide en último caso, aunque con el acuerdo de las otras dos) es el Consejo el que tiene el poder final más decisorio. Por eso presidirlo no es asunto menor.

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