La reciente muerte de Josep Piqué obliga a desempolvar viejos archivos de su visita a La Habana a finales de junio de 1998 cuando era titular de Industria y Energía.
Quienes entonces éramos corresponsales de medio españoles le prestamos máximo interés a esa visita, catalogada como la de mayor representatividad de empresarios llegados desde Madrid.
Piqué viajó a la oriental Santiago de Cuba para visitar, básicamente, la termoeléctrica de esa región. Más tarde lo haría con otras, entre ellas la de la capital cubana.
Muchas fueron las incidencias a recordar. Entre ellas, el debut de una cubana productora de RTVE. Al descender la escalerilla del avión que lo condujo a Santiago, el equipo fue a su encuentro. Piqué, mirando a la joven cubana, le dijo “les saludo”.
¿Y la otra qué pensó? Pues que el ministro le había dicho “les ayudo” y con la misma cargó con un pesado bulto de casetes y creo que hasta con el trípode de la cámara.
Fue el embajador español quien alertó de aquel equívoco para que Piqué pudiera tener las manos desocupadas ante las autoridades de Santiago de Cuba.
Poco antes de partir, las declaraciones fueron en extremo satisfactorias. Granma, órgano oficial del partido comunista, no tardaría en titular “Se han fortalecido las relaciones entre España y Cuba”.
Por su parte, Piqué, previa reunión con Fidel Castro, precisó que se habían profundizado diferentes alternativas en el tema de la energía y los caminos para concretar acuerdos muy provechosos para ambos países.
Un cuarto de siglo después se puede asegurar que absolutamente nada llegó a concretarse, que el declive del sistema electro energético se avecinaba como ocurre hoy día.
Para aquellos que presenciamos y cubrimos su visita, sólo nos queda en el recuerdo la imagen de ese hombre trajeado caminar bajo el inclemente sol santiaguero hacia el salón de protocolo cargado de bultos como uno más de RTVE.
