A la espera de la vacuna… ¿cómo será la recuperación económica?

Macroeconomía

A la espera de la vacuna… ¿cómo será la recuperación económica?

Los principales factores de la recuperación vuelven a ser ajenos al ámbito puramente económico.

Bola del mundo hundiéndose

Tras la histórica caída de las economías en el segundo trimestre del año, el tercer trimestre (ya en curso) debe servir de punto de inflexión para la recuperación económica, pero la incertidumbre sigue siendo la nota dominante sobre cómo se desarrollará este proceso y cuál será el daño permanente en los tejidos productivos. Un factor determinante será el ansiado desarrollo de una vacuna contra la Covid-19, pero incluso si llega rápido habrá varios factores que harán variar significativamente la velocidad del rebote.

“En esta segunda etapa, todos los pronósticos económicos vuelven a depender en gran medida de dos factores: el desarrollo del virus y el timing y la distribución de cualquier vacuna”, apuntan los analistas de ING Research en un informe. “En cierta medida, nos encontramos en una situación similar a la que estábamos hacia el inicio de la crisis, cuando los principales impulsores de todas las previsiones estaban fuera del ámbito económico”.

“Con algunas vacunas ahora en ensayos de fase III, un escenario sin ninguna vacuna en los próximos 18 meses parece muy poco probable. Sin embargo, la efectividad, así como los posibles efectos secundarios adversos de cualquier vacuna, siguen siendo inciertos. Un estudio reciente estimó que una vacuna debe tener al menos un 70% de efectividad si se inocula a tres cuartas partes de la población, una tarea difícil dada la cronología de desarrollo acelerada”.

“La siguiente pregunta será cómo distribuirla”, continúan los expertos del banco holandés. “Sabemos que muchos productores de vacunas ya han comenzado a producir millones de dosis [… ] pero no está claro cuántas dosis estarán disponibles. E incluso si hay suficientes dosis disponibles, su distribución llevará tiempo”. “Además, es probable que la distribución no sea igual entre los países, lo que posiblemente contribuya a una nueva divergencia entre las economías desarrolladas y en desarrollo”.

Ante esta situación, los analistas de ING contemplan tres posibles escenarios para la recuperación económica:

El escenario base que manejan estos expertos asume que “no habrá un rebrote real del virus en el otoño y solo cierres locales”. Los gobiernos ponen más énfasis en restringir las reuniones privadas, con un impacto económico directo limitado, mientras que el teletrabajo y la reducción de los viajes hacen que la propagación del virus sea más lenta y fácil de controlar. A pesar de ello, “es posible que veamos una mayor tasa de cierres de empresas en los sectores más afectados, ya que las empresas reconocen que no será posible volver a la rentabilidad en el futuro previsible”.

Las vacunas se irán implantando a lo largo del primer semestre de 2021 y el distanciamiento social se irá reduciendo progresivamente a lo largo del segundo semestre del año en este escenario.

La segunda posibilidad que manejan los expertos del banco holandés pasa por un “confinamiento” de invierno. Aquí, el virus se vuelve más frecuente durante los meses de invierno a medida que las personas pasan más tiempo en interiores. El nivel de restricciones se vuelve gradualmente más estricto, lo que podría implicar un nuevo cierre de los sectores de alimentación y alojamiento, así como del turismo.

“No veríamos un regreso a los confinamientos nacionales completos, sino más bien un encendido y apagado frecuente de los cierres locales y regionales, lo que socavaría sustancialmente la confianza de las empresas y los consumidores”, explica ING. Es posible que las empresas que sobrevivieron al confinamiento no puedan hacerlo esta vez, aunque depende de qué tan reactivo se vuelva el apoyo del gobierno”. “Algunas vacunas se implementarán en la primera mitad de 2021”.

El peor escenario posible sigue siendo uno en el que el virus muta y se propaga nuevamente durante el invierno, con un aumento significativo de la tasa de mortalidad. En consecuencia, los gobiernos vuelven a bloquear completamente sus economías. “Los países que reaccionaron bastante tarde en marzo y abril probablemente reaccionen mucho más rápido esta vez. Por lo tanto, el bloqueo completo podría ser más corto que este año. Sin embargo, otra ola de bloqueos totales podría llevar a muchas empresas a la quiebra y provocar un fuerte aumento del desempleo”, avisan.

En este escenario poco deseable, además, “algunos gobiernos podrían reaccionar con otra ronda de estímulo fiscal, pero no todos podrán permitírselo, lo que se sumaría a nuevas tensiones, particularmente en la eurozona”.

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