Trouble Will Find Me

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Trouble Will Find Me

Trouble Will Find Me

The National I Should Live in Salt by The National on Grooveshark

The National es una banda nacida con el siglo, cuya evolución puede considerarse casi un paradigma de lo que ha dado de sí en estos catorce años, un estilo, el ‘indie rock’, que ha dejado de ser moderno y vanguardista por culpa del paso del tiempo, pero que ahora domina la escena, gracias a las excelentes conexiones de sus principales figuras con las industrias de la moda y la publicidad y a ese aire cultivado e intelectual que se trabajan las grandes estrellas de un género que ha dejado de ser minoritario hace muchas lunas.

Pero, al contrario de lo que suele suceder en estos casos, la decadencia del molde que utilizan mayoritariamente para fijar las estructuras de su propuesta musical y poética no ha afectado a esta banda de Ohio, que se hizo popular tras mudarse a Nueva York. De hecho este ‘Trouble Will Find Me’, su sexta y última entrega discográfica hasta el momento, se presenta en sociedad con la aportación de unos cuantos trucos nuevos y unas canciones que trascienden los parámetros habituales de un estilo cansino y repetitivo que ya suena hasta como música de fondo de los telediarios.

Un mérito sin duda de todos los componentes de esta peculiar banda que forman desde el principio de los tiempos, el letrista y cantante Matt Berninger, cuyo peculiar timbre de voz aporta buena parte de la personalidad de la que puede presumir el grupo, y de las dos colecciones de hermanos que le escoltan. Por un lado, los gemelos Aaron y Bryce Dessner, en las guitarras y los teclados y, por otro, la sección rítmica que forman los dos Devendorf, Scott al bajo y Bryan a la batería.

Lo cierto, es que los casi tres lustros que llevan haciendo canciones juntos han debido contribuir a que tengan más que claro el sonido que quieren conseguir, como probablemente demuestra el hecho de que hayan decidido autoproducirse. Su constancia, que finalmente parece que va a servirles para conseguir el éxito masivo que hasta ahora se les había escapado, también les ha debido valer para que luminarias del ‘indie’, como Sufjan Stevens, Saint Vicent y algunos miembro de Arcade Fire, hayan participado en este álbum, que les ha permitido por fin empezar a actuar ante públicos casi masivos y hasta darse a conocer en España.

Además, en lo que podría ser una carambola feliz que pocas veces sucede, esas ventas y ese reconocimiento se han producido en paralelo con un éxito absoluto de crítica. Quizá porque han dulcificado un poco la temática de sus textos, antes más oscura y doliente y han ganado en contundencia y capacidad de resolución en los arreglos musicales que visten estos trece temas. Y quizá también porque, a pesar de que hay una clara conexión entre este trabajo y los cinco anteriores, por el momento, los componentes de The National han conseguido seguir adelante, evolucionar y no repetirse demasiado. Lo que no pude decirse de alguno de sus coetáneos.

Aún así, los nuevos aires más relajados y menos ‘urgentes’ que The National parecen haber respirado a la hora de componer los temas de ‘Trouble Will Find Me’, no han convencido a todos. Por lo menos, no demasiado a algunos antiguos fans, que encuentran a la banda en pleno proceso de ‘aburguesamiento’ y auguran una decadencia próxima, capaz de conducirles hacia los trillados caminos del rock de estadio, destino en el que fenecieron bandas que alguna vez fueron interesantes como los veteranos U2, los aún aceptables Muse, o los siempre controvertidos Coldplay.

Sin duda estos son los problemas que tiene crecer. O envejecer si se me permite el término. Y hacerlo, además, mientras se rejuvenece tú público, porque muchos de tus primeros seguidores se han quedado en el camino y una legión de chavales de veinte años les ha tomado el relevo. Es ese momento vital por el que han pasado algunos grandes artistas de todos los estilos y que sólo unos pocos han conseguido superar. Una circunstancia que, por supuesto, no es exclusiva de estos The National de hoy, pero que sí marca, con toda la incertidumbre de las encrucijadas en las que es necesario tomar decisiones, un trabajo que, en ocasiones, suena a punto y aparte. Y que, al menos a quien esto escribe, deja con las ganas de leer ese siguiente y complicado párrafo con el que deben continuar el relato.

El álbum empieza bien, con ‘I should live in salt’ un medio tiempo relajante que surge por los altavoces introducido por un suave rumor de guitarra acústica y que crece tras la entrada de una batería precisa y contenida. Y una canción con una estructura peculiar, casi como si el estribillo formara parte de la estrofa que cumple y muy bien la función abrir el apetito que tiene encomendada. Y continua con ‘Demonds’ una de esas ‘melodía-letanías’ relatada más que cantadas que, al menos hasta la llegada del estribillo, cuando la voz entra en unos registros algo más agudos, tiene un cierto toque del mejor Leonard Cohen.

Hay, como conviene, orquestaciones de fuste, melodías interesantes y cortes intensos como ‘Graceless’ que gana en cada nueva escucha gracias a la tensión que aporta el ritmo de una batería contundente que toma el rol protagonista del acompañamiento. También ‘joyitas’ como ‘Heavenfaced’, una suerte de ‘baladón’ de aire místico y melancólico que se arrastra con elegancia a lo largo de cuatro minutos y medio de gozosa agonía.

En definitiva. Este ‘Trouble Will Find Me’, es un buen disco que debería ser una obra de transición y no el testamento de un grupo interesantes que no parece querer correr la suerte que, al parecer, espera a alguno de sus contemporáneos, encerrados, desde hace tiempo en un callejón sin salida. The National tienen canciones y argumentos para retar a ese destino irremediable que suele acechar a las bandas que pasan el ecuador de su segunda década de actividad. ¡Ojalá lo consigan!

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