El Banco de España quita hierro a las quejas a los bancos por los préstamos del ICO

Crédito

El Banco de España quita hierro a las quejas a los bancos por los préstamos del ICO

Hernández de Cos ve "altamente probable" que deban ampliarse los avales ICO a préstamos de empresas y pide priorizar sectores viables.

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha cuestionado las críticas a las entidades financieras por supuestas prácticas irregulares a la hora de conceder préstamos avalados por el Instituto de Crédito Oficial (ICO) y ha asegurado que el número de reclamaciones recibidas por esta línea de avales se limita a 68.

Interpelado ante la Comisión de la Cámara Baja para la reconstrucción social y económica por estas prácticas, Hernández de Cos ha recordado que al Banco de España solo llegan estas reclamaciones una vez se tramitan en la propia entidad, pero ha dicho que en los propios bancos estas quejas son «relativamente pequeñas» en comparación con el número de préstamos registrados.

Y es que, desde su puesta en marcha, según ha dicho en su intervención, a través de esta línea de avales se han registrado más de medio millón de operaciones, con un importe de avales solicitados de unos 53.000 millones de euros y una movilización de recursos con nuevos préstamos y otras operaciones de más de 69.000 millones de euros.

El gobernador ha señalado que, de las 68 reclamaciones recibidas, 62 se deben a la denegación de los créditos, y ha recordado que el supervisor exige a los bancos «análisis adecuado del riesgo» y que «no tienen obligación de conceder» el préstamo, por lo que ha pedido no hacerse «trampas al solitario». «Concedamos subvenciones, pero no financiación», ha manifestado.

En su intervención, Hernández de Cos ha reconocido que junto al Gobierno a la hora de planificar junto con el Gobierno el alcance de esta línea de avales, fijado en hasta 100.000 millones de euros, el Banco de España estimó una necesidad de financiación mayor a la inicialmente establecida. «Surgían necesidades de financiación de algo más de 100.000 millones», ha dicho.

En este sentido, ha planteado «estar abiertos» a ampliar este programa de avales públicos a la financiación de las empresas, pues considera «altamente probable que fuera necesario la extensión» de estas cuantías. «Hay que estar abiertos a esta posibilidad», ha aseverado el gobernador. Eso sí, ha incidido en que esa prórroga debe hacerse con «empresas viables» y «no mantener empresas ‘zombis'».

El gobernador del Banco de España ha subrayado que estas líneas de avales «han sido efectivas» –permitieron un repunte del 90% de crédito nuevo, ha dicho–, y ha pedido que la ampliación de este tipo de mecanismos «primen en particular el acceso a la financiación a agentes con perspectivas más sólidas de viabilidad».

Hernández de Cos ha subrayado que el sector bancario europeo y español se encuentra en una situación «más saneada» que en la anterior crisis, pero ha señalado que la magnitud de perturbación «no tiene precedentes y tendrá impacto significativo sobre la calidad de la cartera crediticia de entidades».

«Tenemos que estar muy pendientes, monitorizar todos los riesgos para la estabilidad financiera», ha aseverado el gobernador, señalando que el grado de severidad «es mayor» en las previsiones de caída del PIB provocada por la crisis del coronavirus que en aquellas de «cualquier escenario de estrés a nivel global».

En todo caso, ha matizado que las previsiones de crecimiento para los años 2021 y 2022 «son en principio relativamente positivas» pues «se prevé, no una recuperación completa, pero significativa» y que incorporando esos años sí se da un «grado de severidad más parecido a escenarios de estrés en un escenario intermedio». Eso sí, ha dicho que la incertidumbre a la que se someten esas previsiones de años venideros «es incluso mayor».

En este sentido, ha asegurado que «resulta crucial» que los supervisores ejerzan una «vigilancia estrecha para evitar riesgos» y estar «preparados para una respuesta contundente a escala europea», con el fin de evitar un endurecimiento de las condiciones de financiación y que la crisis «acabe dañando al sistema financiero».

Respecto a sus recomendaciones para la economía, en el sector financiero ha señalado cómo esta crisis se traduce en una «presión adicional sobre las entidades», aquejadas de una rentabilidad «que ya era baja, y por debajo del coste de capital».

En este sentido, ha señalado la necesidad de que estas entidades «aborden con urgencia» desafíos asociados a la digitalización, la gestión de la seguridad, y el «esfuerzo reputacional», lo que llevará a los bancos a buscar la reducción de costes de explotación, aumentos en su eficiencia, de la inversión tecnológica y mejoras de conducta, ante lo cual los supervisores, ha dicho, deberán estar «atentos a que los desafíos se abordan adecuadamente».

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