Tecnológicas de moda en Wall Street… y máquinas de perder dinero

Wall Street

Tecnológicas de moda en Wall Street… y máquinas de perder dinero

Tesla es uno de los principales exponentes: se ha convertido en la segunda automovilística más valiosa en bolsa a pesar de que Elon Musk todavía no ha logrado que sea rentable.

Cohete Tesla SpaceX

Modelos de negocio disruptivos, apuestas por las nuevas tecnologías, crecimientos de clientes casi exponenciales… promesas de futuro, en resumen, que han animado a no pocos inversores a confiar su dinero en compañías de nuevo cuño, convertidas de la noche a la mañana en gigantes de Wall Street. Valores como Tesla, Uber o Snap alcanzan una capitalización bursátil que ensombrece a rivales más tradicionales del parqué, a pesar de que en la práctica todavía no logran ser rentables.

La principal explicación se encuentra en su potencial de crecimiento futuro, sobre todo en este sector. Aunque la historia empresarial está llena de firmas que prometieron cambiar el mundo sin éxito, siempre hay algunas que lo logran y esta perspectiva atrae mucha inversión. Además, la Reserva Federal y la reactivación del programa de flexibilización cuantitativa (su ‘no QE’) también ayudan. De hecho, son muchos los analistas que vienen advirtiendo de la creación de una enorme burbuja en el mercado de valores alimentada por las políticas del banco central.

Amazon: al que todos quieren copiar

La inspiración para muchos es la historia de Amazon. Tras salir a bolsa en 1997, el gigante del comercio online tardó seis años en cosechar sus primeros beneficios, aunque fueron modestos durante los siguientes años. Ahora, en su último ejercicio fiscal batió previsiones con un beneficio de 3.268 millones de dólares, una cifra que se encuentra todavía muy lejos de la que gana una empresa como Apple (22.236 dólares en 2019). Por eso, algunos analistas creen que a las ganancias de la empresa fundada por Jeff Bezos tienen aún mucho recorrido.

A Twitter, por ejemplo, le costó 12 años cerrar su primer ejercicio fiscal con beneficios. El pasado 2019, sin embargo, ganó ya 1.465 millones de dólares.

Tesla ha sido el caso más paradigmático en las últimas semanas. El fabricante de coches eléctricos que capitanea Elon Musk se ha disparado en bolsa en lo que va de año hasta prácticamente su valor, y ello a pesar de que la fiebre inversora ha remitido en las últimas jornadas después de que algunos expertos llegasen a comparar la subida de sus acciones con la revalorización del bitcoin en 2017. Ahora Tesla se ha colocado como la segunda empresa automotriz más valiosa del mundo, por detrás de la japonesa Toyota y por encima de la alemana Volkswagen

La automovilística logró vender 367.000 vehículos el año pasado, por encima de su objetivo de 360.000, pero todavía no es rentable: en 2019 perdió 862 millones de dólares. La cifra supone un 11% menos que en el ejercicio precedente, lo que ha alimentado las esperanzas de los inversores de que por fin en 2020 comience a ganar dinero.

Uber sigue sin ser rentable

Tampoco es rentable a día de hoy Uber, la empresa que trae de cabeza a los taxistas de todo el mundo. La compañía de vehículos de alquiler perdió 8.512 millones de dólares en su año fiscal de 2019 a pesar de que los ingresos crecieron hasta los 14.147 millones. Ello no parece preocupar lo más mínimo a los inversores, que han llevado a la acción a dispararse casi un 33% en lo que va de año hasta el entorno de los 40 dólares. La principal razón, que Uber ya alcanza los 111 millones de usuarios mensuales activos en todo el mundo, un 22% más que hace un año.

Uber, que debutó en Wall Street en mayo del año pasado, se sitúa no obstante por debajo de los 44 dólares a los que se fijó su salto al parqué, que demostraron ser un objetivo demasiado ambicioso. Solo un par de meses antes había salido a bolsa su rival Lyft, que se ha planteado como meta ser rentable para el cuarto trimestre de 2021.

En 2020 se cumplirán tres años desde el debut en Wall Street de Snap, la compañía detrás de Snapchat, pero sus accionistas todavía tendrán que esperar un poco hasta que la compañía gane dinero. La compañía perdió 1.033 millones de dólares en 2019, un 18% menos que en 2018, cuando los números rojos alcanzaron los 1.255 millones. A pesar de que sus usuarios activos diarios se han disparado hasta los 218 millones, todavía no son suficientes para generar rentabilidad en un entorno en el que la compañía debe competir con gigantes de la talla de Google o Facebook en el mercado de la publicidad online.

A este lado del Atlántico, la sueca Spotify es el gran ejemplo. La compañía de la música en streaming anunció esta semana un aumento del 31% en los usuarios mensuales activos, hasta una cifra de 271 millones. De ellos, 124 millones son usuarios premium, es decir, que pagan mensualmente por la plataforma. Sin embargo, las pérdidas de la compañía han pasado de 78 millones en 2018 a 186 millones de euros (un 138%).

El principal motivo de estos números rojos son los elevados costes que debe asumir. Solo los derivados de los pagos de derechos de autor ascendieron a 5.042 millones, mientras que los ingresos totales fueron de 6.764 millones (un 90% por los pagos de los clientes Premium).

Más información