La Copa Davis abre una nueva era en Madrid, ¿cuál será su futuro?

Copa Davis

La Copa Davis abre una nueva era en Madrid, ¿cuál será su futuro?

"Quiero que la Copa Davis sea una fiesta en torno al tenis y no sólo tenis", explicó Piqué.

Amenazada por la Laver Cup y la ATP Cup, la venerable Copa Davis contaba con el peso de la tradición y las hazañas, pero todo vuelve a empezar a partir de este año en Madrid (18-24 de noviembre) con un nuevo formato al que los tenistas más optimistas quieren «dar una oportunidad».

«Creo que la Copa Davis será (en 2019) un evento mayor del que ha sido en los últimos diez años. En cinco años, quiero que jugadores y aficionados digan ‘La Copa Davis es en noviembre y quiero estar'», señaló el nuevo promotor de la competición, el futbolista del Barcelona, Gerard Piqué, en la revista de la Federación Internacional (ITF).

Paradójicamente, y a imagen de otras dos competiciones más que centenarias como la Ryder Cup de golf y la Copa del América en vela, es la desigualdad del torneo la que lo ha hecho legendario: ¿Qué hay mejor que ganar al adversario sobre la superficie que ha elegido o apoyarse sobre unos aficionados enfervorecidos para ganar colectivamente a adversarios teóricamente superiores?

Pero la competición, disputada a lo largo de cuatro fines de semana de tres días durante el año, se insertaba cada vez peor con un calendario sobrecargado. «El cambio era inevitable para el formato», comentó Novak Djokovic.

«No conseguíamos en estos últimos años tener a los mejores jugadores del mundo. Había que encontrar soluciones. Veremos qué pasa», declaró Rafa Nadal.

3.000 millones

Así que la ITF vendió por 3.000 millones de dólares a 25 años la organización de la Copa Davis al fondo de inversión Kosmos, presidido por Piqué y el cambio de formato se oficializó en agosto de 2018 para su aplicación este año.

Los enfrentamientos épicos ‘a vida o muerte’ dan paso a un mundial del tenis de una semana con 18 equipos en una sola ciudad (que será rotatoria), que contará con ceremonias de apertura y clausura, incluidos conciertos, como el de Shakira, pareja de Piqué.

«Quiero que la Copa Davis sea una fiesta en torno al tenis y no sólo tenis», explicó Piqué.

Para algunos, este cambio es indigno de la herencia deportiva de una competición de 119 años.

«Ha sido algo decidido mirando al dinero, al marketing… Es un poco triste», dijo a la AFP el belga Steve Darcis.

El jugador más radical en su reprobación fue Alexander Zverev: «En noviembre no quiero jugar más al tenis», dijo. Salvo que la misma semana estará… en América del Sur en una gira de exhibición con Roger Federer.

Sin Federer

Él mismo, vencedor de la Copa Davis en 2014 pero que no ha vuelta jugarla desde entonces, no estará en Madrid porque Suiza no se clasificó. Pero dejó claro que tampoco preveía jugarla en 2020.

Por lo demás, Kosmos ganó una parte de su apuesta al asegurarse los otros grandes nombres mundiales: Nadal, Djokovic, Medvedev, Tsitsipas…

A primera vista, la primera edición de esta Copa Davis aguanta pues frente a la Laver Cup, torneo de exhibición nacido en 2018 bajo la égida de Federer, y la ATP Cup, que nacerá en enero en Australia y que presenta las enormes ventajas de abrir la temporada, poniendo en juego muchos puntos ATP (hasta 750) y una gran suma de dinero (15 millones de dólares).

Federer aseguró a la AFP que «hay sitio» a priori para estas tres competiciones por equipos, pero que era muy pronto para «dar una auténtica opinión».

La de Nadal en cambio es clara. «Dos torneos por equipos, la Copa Davis y la ATP Cup en un mes, en mi opinión no es bueno», afirmó el N.1 del mundo.

Por último está el asunto del ambiente: ¿cómo reaccionará el público, en su gran mayoría español este año, cuando no jueguen la España de Nadal o la Serbia de Djokovic?

En cuanto a la televisión, los organizadores destacan que se verá en 171 países, pero ¿si la Caja Mágica suena hueca, no podría ser un golpe de gracia para la Copa Davis?

Más información