Las matemáticas de la UE: ¿tienen sentido los límites actuales de déficit y deuda pública?

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Las matemáticas de la UE: ¿tienen sentido los límites actuales de déficit y deuda pública?

Crecen las voces que piden que los Gobiernos hagan uso de un estímulo fiscal ante los síntomas de ralentización económica.

Banderas de la Union Europea

Un déficit no superior al 3% del PIB y una deuda pública que no sobrepase el 60%. Desde que hace casi 30 años que se firmó el Tratado de Maastricht las reglas fiscales de la Unión Europea parecen escritas en piedra, a pesar de los continuos incumplimientos que muchos países -entre ellos España– han tenido a lo largo de estas décadas. Sin embargo, ahora empiezan a surgir voces que cuestionan el ‘catecismo’ y piden que se modifique esta normativa a la economía actual del Viejo Continente.

“Con la zona euro, y particularmente su estado miembro más grande, Alemania, coqueteando con la recesión y el estancamiento, la presión sobre los gobiernos para usar el estímulo fiscal ha aumentado”, apunta Carsten Brzeski, economista jefe ING Alemania, en un informe. “La pregunta es si el estímulo fiscal debería venir a costa de una mayor deuda pública o si las reglas fiscales de la eurozona deberían permanecer intactas”.

El criterio de Maastricht estipula que el déficit presupuestario no debe exceder el 3% del PIB ni la deuda pública el 60% del PIB. “Contrariamente a la creencia popular, estos números no fueron el resultado de una larga investigación académica, encontrando el nivel adecuado para las finanzas públicas sostenibles”, señala Brzeski. Más bien, el umbral del 60% fue simplemente el resultado de la deuda pública promedio en los países centrales de la eurozona en ese momento. Con un crecimiento económico nominal promedio (crecimiento del PIB real más inflación) también del 5%, “las matemáticas se realizaron rápidamente”, dando como resultado un déficit presupuestario del 3% del PIB para estabilizar la deuda pública al 60% del PIB a largo plazo. “¿Por qué? Tres dividido por cinco es 0,6. Así de fácil son las reglas fiscales europeas”.

El economista de ING destaca que “nadie sabe si el 60% es el nivel mágico para unas finanzas públicas sostenibles. Sin embargo, lo que sí sabemos es que la fórmula de la política fiscal de principios de los años noventa está actualmente desfasada, ya no se ajusta a la realidad económica de la zona del euro”.

Brzeski identifica varias deficiencias en las actuales reglas fiscales. En primer lugar, “las políticas fiscales dirigidas a mantener siempre superávit a largo plazo conducen a un final completo de la deuda pública. Cero dividido entre cualquier cosa siempre resulta cero”. En segundo, dado que el crecimiento nominal estructural en la zona euro se sitúa actualmente en torno al 3% o 4%, pero no al 5%, “o bien el criterio de deuda debería fijarse más alto” (un 75% o incluso un 100% de deuda respecto al PIB) “o bien el objetivo de déficit tendría que reducirse a algo menos del 2%”.

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Otra derivada es que actualmente el sector crítico del BCE estaría a favor de que Christine Lagarde reduzca el objetivo de inflación del 2%, para permitir aumentos más rápidos de los tipos de interés. A juicio de Brzeski, estos críticos “deberían pensarlo dos veces”. “Un objetivo de inflación más bajo para el BCE reduciría automáticamente el denominador del álgebra fiscal de la eurozona. Los mismos expertos tendrían que exigir un relajamiento de la política presupuestaria (o más bien de la deuda)”.

“Los fundamentos de las reglas fiscales de la eurozona fueron el resultado de coincidencias, no de investigaciones científicas, y deben adaptarse a las nuevas realidades económicas”, concluye el economista de ING.

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