Cuentas para compartir gastos

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Cuentas para compartir gastos

El primer punto sería definir cuál es el objetivo de la cuenta.

Pareja hombre mujer

La convivencia con otras personas es un elemento fundamental en la vida de los seres humanos, y compartir ingresos y gastos es una manera de hacerlo. Una forma sencilla para conseguir este objetivo es usar alguna de las muchas cuentas para compartir gastos que nos ofrecen las entidades bancarias, pero antes de dar el paso es interesante aclarar algunos puntos para poder elegir la mejor opción.

Tipos de cuentas para compartir

El primer punto sería definir cuál es el objetivo de la cuenta. No es lo mismo tener como prioridad el ahorro y la rentabilidad que buscar un punto común donde se domicilien y se carguen todos los gastos que se desean compartir. En base a estos criterios nos podemos decantar por una simple cuenta corriente, en el caso de querer compartir los gastos o por una cuenta de ahorro si lo que se desea es obtener una rentabilidad. Por supuesto hay otro tipo de cuentas de ahorro específicas, como las cuentas de ahorros vivienda, destinadas a la adquisición de la vivienda que conllevan una fiscalidad determinada para dicha compra.

Número de personas que comparten la cuenta

Mayoritariamente, las cuentas corrientes para compartir gastos están pensadas para dos personas, aunque algunas permiten incluir más titulares. En este punto toca decidir qué grado de fusión económica se quiere con la otra persona.

Es posible tener una única cuenta común donde se centralicen todos los ingresos y los gastos o también se puede decidir que además de la cuenta común cada uno de los miembros de la pareja tenga su propia cuenta para gestionar su dinero de forma totalmente independiente. Algunos bancos ya han pensado específicamente en esta opción y ofrecen ofertas o ventajas específicas.

Determinar el tipo de responsabilidad y derechos en la cuenta compartida

A la hora de compartir una cuenta hay dos opciones básicas: la cotitularidad y la autorización.

La cotitularidad implica que ambos miembros son dueños de la cuenta y tienen por tanto los mismos derechos y obligaciones. Cuando hay una cuenta con un titular que tiene algún autorizado, la situación cambia ligeramente. El autorizado podrá ingresar o disponer del dinero de la cuenta, pero no podrá realizar acciones determinadas como cancelar la cuenta o modificar las condiciones del contrato.

En principio, parece lógico que la titularidad compartida sea la opción a elegir ya que ambos son propietarios del dinero en igual medida, pero hay algunas situaciones en las que puede ser más conveniente la autorización simple. El dinero de la cuenta no se considera propiedad de la persona autorizada por lo que si esta incurriera en alguna deuda no se podría embargar la cuenta.

Ese es un punto importante en algunos casos donde el tipo de trabajo de alguno de los miembros de la pareja es de alto riesgo y ser cotitular puede ayudar a minimizar este riesgo. Claro que nunca se sabe por dónde va a venir el problema y si tenemos conflictos con la pareja todo el dinero de la cuenta se considera de su propiedad, por lo que hay que tener cuidado a la hora de elegir esta opción.

Considerar que servicios accesorios se quieren tener

En concreto, el más común es el tema de la disposición de tarjetas para cada uno de los titulares o autorizados. Hay que mirar con detalle este punto ya que algunos bancos ofrecen de forma gratuita la primera tarjeta, pero es necesario pagar por la segunda.

Otro elemento importante es que permita la domiciliación de recibos, algo relativamente fácil de obtener, pero que no se da en todos los casos.

Considerar que requisitos son necesarios para mantener la cuenta

En una cuenta corriente ordinaria los requisitos suelen ser mínimos, pero en otras, en las que se espera obtener servicios adicionales o una rentabilidad superior, es necesario cumplir ciertos requisitos para poder disfrutar de la misma.

Entre estas condiciones suelen estar la domiciliación de la nómina o el mantenimiento de un saldo mínimo durante toda la vida de la cuenta bancaria.

Comprobar los gastos y comisiones

Lo mismo que hemos dicho para las tarjetas de crédito y al igual que hacemos cuando queremos contratar una cuenta individual, al suscribir una cuenta para compartir gastos es importante conocer los gastos y comisiones que la misma origina.

Pueden generarse gastos por comisiones de mantenimiento y también por la realización o recepción de transferencias. Si la cuenta no estuviera libre de comisiones y se opta por mantener una cuenta común y dos individuales, las comisiones totales pueden resultar considerables.

Algunas cuentas sin comisiones para compartir gastos

– Cuenta Online BBVA. Esta cuenta no precisa de requisitos especiales, es online y uno puede darse de alta directamente con el móvil en pocos minutos. En el lado positivo hay que decir que no tiene comisiones, pero como contrapartida solo es gratuita la primera tarjeta de débito, mientras que si optamos por pedir una segunda tendrá un coste de 26 euros. Esta cuenta permite la domiciliación de la nómina y de los recibos habituales. Sus transferencias nacionales y dentro de la zona euro son gratis, pero sí existen comisiones por comisiones internacionales que oscilan entre un 0,60% con un mínimo de 18 euros en algunos casos y un 0,70% con un mínimo de 35 en otros.

– Cuenta Nómina de ING. Esta cuenta también funciona sin comisiones. Da de forma gratuita dos tarjetas de débito, pero aunque no es imprescindible domiciliar una nómina, a pesar de su nombre, si queremos disfrutar de todas sus ventajas tendremos que mantener un saldo mínimo de 2.000 euros en la cuenta o bien realizar ingresos mensuales de al menos 600 euros.

Las cuentas para compartir gastos son una buena manera de coordinar las finanzas en común. Lo habitual es que sea con una pareja, pero también podría ser con un compañero de piso, por ejemplo. Después de tener claro quién o quiénes serán los titulares hay que buscar las mejores condiciones que haya en el mercado para que sean lo más baratas posibles. También es importante tener claro qué servicios vamos a usar más, como la domiciliación de recibos, el uso de tarjetas o la realización de transferencias, para buscar productos con esas características.

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