Draghi resucita los rumores sobre la compra de acciones por el BCE

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Draghi resucita los rumores sobre la compra de acciones por el BCE

Los analistas aclaran que se trata de una opción remota que solo llegará si la economía empeora mucho.

El presidente del BCE, Mario Draghi, y el vicepresidente, Luis de Guindos

¿Y si el Banco Central Europeo (BCE) diese un paso más y no se limitase a adquirir bonos, sino que también comprase acciones? Las últimas intervenciones de Mario Draghi abriendo la puerta al regreso del programa de compra de activos han vuelto a alimentar uno de los rumores más recurrentes en los mercados durante los últimos años. No obstante, los analistas aclaran que a día de hoy se trata de una opción remota.

“Dada la probabilidad de que el BCE reanude las compras de activos netos, una de las preguntas que recibimos de los clientes es si el banco central incluirá nuevas clases de activos en su programa de compras. La renta variable es la más mencionada”, reconoce Nick Kounis, director de Investigación de Mercados Financieros de ABN Amro. El experto descarta de momento esta posibilidad. “Quizás la razón más sencilla sea que el Eurosistema debería poder ejecutar un nuevo programa de gran envergadura centrándose en las clases de activos existentes y realizando algunos ajustes, como el aumento de la proporción de bonos corporativos y un aumento del límite de emisión de bonos regionales y de agencias”.

Sin embargo, “también hay problemas con las acciones en particular”, apunta Kounis. El BCE podría comprar legalmente acciones, y al igual que el Banco de Japón, probablemente lo haría a través de la compra de ETFs, destaca este analista. Sin embargo, “existen dudas sobre la eficacia de un programa de este tipo. Los hogares de la zona euro tienden a mantener una parte relativamente pequeña de su riqueza en acciones, por lo que el efecto en el gasto de los consumidores sería relativamente modesto”.

Además, “el riesgo potencial de pérdidas es significativo”. “El marco contable del Eurosistema sugiere que las tenencias del ETF deberían medirse al valor de mercado al final del período. Esto podría significar que cualquier caída de los precios aparecería con relativa rapidez”, reflexiona el experto de ABN Amro.

“Dadas estas consideraciones, creemos que el BCE sólo consideraría la compra de acciones si las perspectivas de la economía empeoraran mucho más, y/o si se produjeran tensiones graves en los mercados financieros asociadas a primas de riesgo inusualmente altas”, concluye Kounis.

La posibilidad de que el BCE compre acciones ha sido un rumor recurrente desde que la institución comenzó a comprar activos allá por 2015. El máximo responsable de la política monetaria europea no ha dado nunca el paso, si bien cuenta ya con espejos donde mirarse. El más claro es el Banco de Japón, convertido en uno de los grandes inversores de renta variable del mundo. Se calcula que la institución posee el 77,5% del mercado de ETF de Japón, habiendo invertido cerca de 23 billones de yenes desde 2013.

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