La carrera entre países para bajar el impuesto de sociedades cuesta más que la evasión fiscal

Fiscalidad

La carrera entre países para bajar el impuesto de sociedades cuesta más que la evasión fiscal

El FMI estima que las pérdidas de ingresos por la competencia fiscal entre países superan las derivadas por la evasión fiscal.

Sede del FMI

En los últimos 30 años, el tipo del impuesto de sociedades no ha parado de caer en los países desarrollados, con los países embarcándose en una competencia fiscal que puede ser más dañina para la recaudación incluso que la evasión, según muestra un reciente informe del Fondo Monetario Internacional (FMI).

La institución que dirige de manera interina David Lipton –a la espera de que se nombre un sustituto para Christine Lagarde- señala que la competencia fiscal se puede observar tanto en la caída del tipo legal del impuesto de sociedades como en otras prácticas menos visibles como pueden ser los incentivos especiales. “Las consiguientes pérdidas de ingresos pueden sobrepasar de forma plausible a las que se derivan de la evasión”, avisa el FMI, que se apoya en unos cálculos de la OCDE de 2015 para estimar “una pérdida total de ingresos por la evasión de hasta el 10% de los ingresos del impuesto de sociedades; eso sería equivalente a una reducción del tipo legal de alrededor de 2,5 puntos porcentuales, aproximadamente la mitad de lo que se ha observado desde 2005, (…) en particular en el caso de las inversiones reales”.

La institución señala además que estas prácticas suponen un daño especialmente para los países de bajos ingresos. El análisis del FMI muestra, por ejemplo, que los países no pertenecientes a la OCDE pierden alrededor de 200.000 millones de dólares en ingresos al año, es decir, alrededor del 1,3% del PIB, debido a que las empresas trasladan sus beneficios a lugares con bajos impuestos.

El FMI considera “urgente” afrontar desde un nuevo enfoque a la tributación corporativa internacional. En primer lugar, la facilidad con que las multinacionales parecen ser capaces de evitar impuestos, combinada con la disminución de tres décadas en las tasas de impuestos corporativos, socavan tanto los ingresos fiscales como la fe en la imparcialidad del sistema fiscal general. En segundo lugar, la situación actual es especialmente perjudicial para los países de bajos ingresos, privándolos de ingresos muy necesarios para ayudarlos a lograr un mayor crecimiento económico, reducir la pobreza y cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030.

Tasa Google

El FMI advierte además del riesgo de que se implante la ‘tasa Google’ de manera descoordinada entre países. “Las presiones políticas para introducir algún tipo de impuesto sobre los servicios digitales son fuertes en muchos países, pero su proliferación descoordinada crea complejidad y pone en peligro la cooperación fiscal”, alerta.

“El debate sobre la digitalización es emblemático de las dificultades más amplias con la fiscalidad internacional y su importancia radica en gran medida en que sugiere la necesidad de reformas más profundas”. “Se muestra que, si bien el principio general de que el impuesto debe recaudarse allí donde se crea valor atrae fácilmente al acuerdo, los puntos de vista pueden diferir ampliamente a la hora de decidir dónde es exactamente”, y la dificultad es evidente en los modelos de negocio digitales.

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