Las cuatro debilidades del mercado laboral español que debe afrontar nuevo Gobierno

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Las cuatro debilidades del mercado laboral español que debe afrontar nuevo Gobierno

Pese a la creación de empleo, el paro de larga duración representa un 40% del total y todavía “no se ha corregido la alta incidencia del trabajo precario”, señala Natixis.

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    El estallido de la burbuja inmobiliaria, junto a la crisis financiera internacional, causaron una profunda crisis en España que disparó el paro hasta el 26%, una tasa solo vista en Grecia. Dos reformas laborales después -una primera de la mano de José Luis Rodríguez Zapatero y otra de la de Mariano Rajoy-, el país ha logrado rebajar la tasa hasta el 14,7%, pero el mercado sigue mostrando importantes debilidades a las que deberá enfrentarse el nuevo Gobierno surgido de las urnas.

    En un informe, los analistas del banco francés Natixis detectan varias debilidades que penalizan al empleo en España:

    Los expertos del banco francés recuerdan que la tasa de desempleo de larga duración sigue siendo elevada. “Ha alcanzado el 5,8% de la población activa y representa el 40% del desempleo total, mientras que en 2008 sólo representaba el 2,6% de la población activa y el 23% del desempleo total”, recuerdan estos expertos. “Esta situación es tanto más problemática teniendo en cuenta que el desempleo de larga duración erosiona las cualificaciones de los trabajadores y, por lo tanto, dificulta su reincorporación al mercado de trabajo”.

    Otra de las debilidades que muestra el mercado laboral español tiene que ver con el desempleo juvenil. La tasa de desempleo de los jóvenes menores de 25 años es actualmente 20 puntos porcentuales superior a la tasa de desempleo total (34% frente al 15%). En los menores de 30 años es “ligeramente inferior”, señala Natixis, pero sigue siendo superior a la tasa de desempleo total (25% frente al 15%).

    Además, el nivel de cualificación de la mano de obra es “relativamente bajo”. El 70% de la población tiene un nivel de cualificación bajo o medio5 y su tasa de desempleo es superior a la de las personas con un nivel de cualificación alto. “Esta debilidad estructural contribuye a explicar la magnitud del desempleo juvenil (vinculado a la elevada tasa de abandono escolar, a las bajas cualificaciones profesionales de los jóvenes, a su falta de experiencia y de oportunidades profesionales) y al desempleo de larga duración (las personas afectadas parecen estar peor formadas y tienen menos experiencia profesional que otras)”.

    Por último, la recuperación del empleo desde 2013 “no ha corregido la alta incidencia del trabajo precario o el dualismo en el mercado laboral”. El trabajo precario adopta varias formas, explican los expertos del banco francés. El subempleo cayó del 15% del empleo total en el segundo trimestre de 2013 (su nivel más alto desde 2008) al 9% en el cuarto trimestre de 2018. “Aunque esto muestra una mejora en la calidad del empleo durante este período, el nivel actual de subempleo sigue siendo más alto que antes de la crisis (7,5% en el cuarto trimestre de 2007)”.

    Al mismo tiempo, el trabajo por cuenta propia constituye casi el 20% del empleo, lo que representa una proporción significativa de los trabajadores que tienen que garantizar sus propios derechos a la seguridad social. Por último, el mercado laboral español presenta desigualdades de género, ya sea a través de las diferencias salariales entre hombres y mujeres (en gran medida desfavorables para las mujeres) o a través de la tasa de participación en la fuerza laboral: la de las mujeres es muy inferior a la de los hombres (53% para las mujeres frente a 65% para los hombres).

    En lo que se refiere a la dualidad entre los trabajadores con contrato temporal y los trabajadores con contrato indefinido ha cobrado impulso desde 2013. Desde ese año “la creación de empleo se ha logrado más mediante contratos temporales que mediante contratos indefinidos”. De este modo, la proporción de contratos temporales ascendía al 27% de los empleados a finales de 2018 (es decir, una de las tasas más altas de Europa), mientras que en 2013 había descendido al 22%. Además, el 15% de los trabajadores tienen hoy un contrato a tiempo parcial (un porcentaje que se ha mantenido casi estable desde 2008).

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