La reforma bancaria europea contra el lavado de dinero se enreda en los despachos

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La reforma bancaria europea contra el lavado de dinero se enreda en los despachos

Los ministros de Finanzas de la UE retrasarán la reforma prevista hasta que se evalúen los recientes escándalos, como el de Danske Bank y el de Deutsche Bank.

Banderas de la Union Europea

Si hace sólo unos meses el mayor banco danés –Danske Bank– se veía envuelto en un escándalo por un supuesto delito de lavado de dinero, ayer mismo la policía alemana realizaba un registro en la sede del poderoso Deutsche Bank por un caso similar. Pero mientras los escándalos se suceden, la reforma prevista en la Unión Europea para tratar la supervisión bancaria en estos asuntos se retrasará al menos hasta junio del próximo año, y para entonces podría nacer ya muerta.

Se espera que los ministros de Finanzas de la UE retrasen en la reunión que mantendrán la próxima semana la reforma de la supervisión bancaria sobre el lavado de dinero, ya que primero quieren evaluar los recientes escándalos que han surgido en el bloque común. Según publica el diario económico Ekathimerini, el texto que se aprobará respaldará la necesidad de “fortalecer la efectividad del marco actual” después de los recientes escándalos, pero no propone cambios institucionales o legislativos, como la creación de un supervisor a escala europea, que había recomendado el Banco Central Europeo (BCE).

El documento detalla un plan de acción que pretende ser la respuesta de la UE a los supuestos casos de lavado de dinero que han saltado a los titulares, pero esta revisión podría retrasar indefinidamente los cambios legislativos ya propuestos por la Comisión Europea en septiembre.

La propuesta de la Comisión habría otorgado a la Autoridad Bancaria Europea (EBA por sus siglas en inglés) más poderes para supervisar el lavado de dinero, al tiempo que habría aumentado de uno a 12 los empleados de la agencia a cargo de vigilar los delitos financieros en la banca de todo el bloque común. Aunque muchos expertos señalaron que era una reforma poco ambiciosa que no abordaba las principales lagunas existentes, contó con una fuerte oposición de países como Luxemburgo o Países Bajos.

El plan de acción que se aprobará la semana próxima reconoce que se debe mejorar el marco legal e insta a cambios legislativos “rápidos”, pero dice que las reformas deben “basarse” en los resultados de una revisión de los recientes escándalos que deben realizar el BCE y la propia Bruselas. Esta revisión no se espera hasta después de las elecciones europeas de mayo del próximo año, lo que hace muy probable que el nuevo Parlamento Europeo que surja de las urnas simplemente archive los cambios legislativos propuestos, señala Ekathimerini.

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