Alternativas ante la caída del poder adquisitivo y al riesgo de imprevistos domésticos

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Alternativas ante la caída del poder adquisitivo y al riesgo de imprevistos domésticos

En los últimos años, los bolsillos de muchos españoles han sufrido considerablemente.

Tarjetas de crédito

Desde que comenzó la crisis en nuestro país, los salarios de los españoles se han ido viendo cada vez más mermados, lo que afecta, como es obvio, a su poder adquisitivo. Esto repercute no solamente en sus ingresos mensuales, sino también en su capacidad para hacer frente a imprevistos financieros con los que no contaban. En algunos casos, a pesar de tratarse de pequeñas cantidades de dinero, implican una serie de gastos inmediatos que no son asumibles por las familias. Ante esta situación, alternativas como los diferentes tipos de minicréditos han ido proliferando, permitiendo disponer de la cuantía necesaria en cuestión de horas.

En los últimos años, los bolsillos de muchos españoles han sufrido considerablemente. La gente lo nota y los datos lo confirman. La tasa de riesgo de pobreza y de exclusión social se ha ido elevando en nuestro país. De hecho, en 2016 el conocido como indicador Arope aumentó hasta el 28%. Aunque la cifra no supera a la del año 2014, en la que el porcentaje superó el 29%, sí que se situaba muy por encima de los datos anteriores a la crisis.

Estos datos ratifican como una parte importante de la población, un cuarto de los españoles, se encuentra en una situación de vulnerabilidad. Entre ellos se encuentran jóvenes y familias cuya economía flaquea con frecuencia. Esta situación no solo hace dificultoso el llegar a fin de mes, sino también imposibilita el estar preparados para afrontar gastos inesperados.

Ha sido en este contexto en el que el mercado financiero ha abierto el paso a nuevos productos, que han pretendido dar soluciones a estas nuevas situaciones. Frente a las dificultades para obtener un crédito bancario, han nacido los créditos rápidos, caracterizados precisamente por la rapidez en su gestión y la exención de trámites burocráticos.

Se trata de minicréditos que pueden ser solicitados en cualquier momento y que implican pequeñas cantidades de dinero, al contrario de lo que ocurre con los créditos tradicionales. Esto se debe a que, en la mayor parte de los casos, se utilizan para pagar gastos inesperados relacionados con el ámbito doméstico. Un lavavajillas que se estropea de repente, un coche que se avería, una cañería que se estropea, etc.

Las facilidades que presentan se manifiestan desde el comienzo de su tramitación, para la que lo único que los usuarios necesitan es un dispositivo electrónico con acceso a internet. Una vez que se accede a la plataforma desde la que queremos solicitar el crédito, debe indicarse la cuantía de la que se quiere disponer. Por lo general, el abanico de posibilidades abarca desde los 50 a los 10.000 euros, pudiendo existir legaras variaciones según la entidad prestamista. A continuación, deben indicarse una serie de datos personales, así como facilitar una copia del documento de identidad y el número bancario en el que deseamos que la cantidad sea ingresada.

Por último, una vez que la solicitud es aceptada, el usuario solo tendrá que esperar a recibir el dinero en su cuenta. Por lo general, este proceso nunca suele demorarse más de 48 o 72 horas. A partir de ese momento, puede hacer uso de la cuantía, teniendo en cuenta el plazo de devolución.

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