La Fiscalía de Múnich ordenó el martes el registro de la sede de la automotriz germana BMW y abrió una investigación contra la empresa debido a su presunta implicación en el escándalo de manipulación de motores diésel que saltó en 2015. BMW informó en febrero, que instaló en cerca de 11.000 automóviles diésel un software que manipula las emisiones del tubo de escape de los motores.
«Existe una sospecha de que BMW AG empleó un sistema de desconexión», indicó la Fiscalía sobre el programa informático instalado en los automóviles, que hacía que en carretera se desconectara el dispositivo encargado de reducir las emisiones del vehículo. Asimismo, señaló que las investigaciones «se encuentran muy al principio».
Cerca de 100 policías y fiscales registraron las instalaciones de la sede central, en el centro de Innovación y Desarrollo en Múnich, en la fábrica de motores diésel en la localidad austriaca de Steyr, declaró un portavoz de BMW.
Los registros se llevaron a cabo «en relación con un software colocado erróneamente», indicaron. El programa se desarrolló para los modelos X5 y X6, pero por error acabó también en los modelos 5 y 7. En estos el sistema de depuración de las emisiones del tubo de escape dejó de funcionar correctamente, agregaron.
BMW parte de la base de que «se trata de la instalación de un software en un lugar erróneo y no de una manipulación consciente del sistema de depuración de las emisiones».
Los 11.400 automóviles de los modelos M550d XDrive y 750d XDrive serán llamados a talleres con el permiso de la Oficina Federal de Vehículos Motorizados de Alemania para instalarles el software correcto.
