El experimento noruego: ocho semanas con mujeres hace a los reclutas más «igualitarios»

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El experimento noruego: ocho semanas con mujeres hace a los reclutas más «igualitarios»

Un estudio concluye que la presencia de mujeres en equipos tradicionalmente masculinos genera un claro repunte de actitudes igualitarias en los hombres.

Mujer ejército

Un experimento con militares noruegos muestra que los ámbitos en que conviven mujeres y hombres generan aptitudes más igualitarias en estos últimos. “Examinamos si la exposición de los hombres a las mujeres en un entorno tradicionalmente dominado por los hombres puede cambiar las actitudes sobre la productividad en entornos mixtos, los roles de género y la identidad de género”.

Y la respuesta a la hipótesis planteada por investigadores de tres universidades noruega, sueca y estadounidense, es un rotundo “sí”: “Concluimos que vivir y trabajar con mujeres durante ocho semanas hace que los hombres adopten actitudes más igualitarias”, explica el estudio recién publicado en el National Bureau of Economic Research (NBER).

El experimento se basó en la asignación aleatoria de mujeres reclutas a determinados escuadrones masculinos mientras otros se mantuvieron conformados sólo por hombres durante un periodo de entrenamiento. Tras esas ocho semanas, los hombres integrados en grupos mixtos opinaban, en un porcentaje un 14% mayor, que los equipos de mujeres y hombres funcionan igual o mejor que los únicamente masculinos o femeninos.

La integración de mujeres también logró aumentar en un 8% el número de hombres que piensan que el trabajo doméstico debe ser compartido equitativamente por ambos sexos.

En tercer lugar, los escuadrones mixtos logran un crecimiento del 14% del número de hombres que no “desautorizan” los rasgos femeninos.

“Contrariamente a las predicciones de muchos legisladores, no hallamos evidencia de que la integración de las mujeres en los escuadrones perjudique a la satisfacción de los reclutas masculinos en los periodos de instrucción o respecto a sus planes de continuar en el ejército”, explican Gordon Dahl, Andreas Kotsadam y Dan-Olof Rooth, autores del estudio. Se basan en que estos resultados muestran que “los esfuerzos para integrar a las mujeres en el ejército se pueden lograr sin destruir la camaradería del servicio”.

“Este documento proporciona evidencias novedosas sobre si la integración de las mujeres en un entorno tradicionalmente dominado por hombres puede cambiar las actitudes estereotipadas de género de ellos”, explican.

Entienden que los hallazgos del estudio demuestran que “las actitudes de género de los hombres no son fijas, sino que pueden cambiar a través de la interacción con las mujeres”. Reconocen que la intervención sobre la población usada en el experimento fue “fuerte”, puesto que se modificaron tanto las condiciones de las viviendas como el ambiente de trabajo.

Se fijó que hombres y mujeres eran iguales en rango, y debían asumir un conjunto de tareas similar. También se introdujeron ejercicios que requerían de la cooperación entre unos y otras para alcanzar objetivos comunes.

Los investigadores encuentran que sus conclusiones aportan “importantes implicaciones en las políticas destinadas a la integración laboral” e incluso fuera del ámbito del trabajo. “Nuestros resultados sugieren que la exposición (a la presencia de mujeres) es una palanca importante que se puede utilizar para superar los antecedentes previos con respecto a la idoneidad de una mujer para un trabajo, así como las actitudes estereotipadas que afectan la vida fuera del lugar de trabajo”, explican.

Aunque los científicos consideran que el estudio aporta una visión empírica sobre la “teoría de contacto” como facilitadora de actitudes igualitarias, entienden que quedan muchas preguntas sin responder: “¿Estos resultados se transfieren a otros 21 escenarios, como la integración de las fuerzas policiales, que también han estado históricamente dominadas por hombres? ¿Pueden las actitudes de las personas mayores cambiarse a través de la exposición, o solo son maleables las actitudes de los jóvenes? Y, finalmente, si bien los cambios observados en las actitudes son grandes, ¿persistirán en el futuro? Son preguntas interesantes para futuras investigaciones”.

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