La gestora del PSOE inventa la socialdemocracia leninista

Detrás de la cortina

La gestora del PSOE inventa la socialdemocracia leninista

Rafael Alba

El ‘directorio’ presidido por Javier Fernández encarga a dos Eduardo Madina y José Carlos Díez las líneas maestras del futuro programa del partido. A veces algunas personas e instituciones con un pasado inteligente, o algo parecido a eso, se equivocan tanto y lo hacen de un modo tan claramente perceptible que desde fuera resulta muy complicado comprender como alguien, o algo, puede ser tan pertinaz en el error. A no ser que, en realidad, no haya equivocación alguna, que los interfectos e interfectas sepan muy bien lo que hacen y eso sea con exactitud lo que quieren hacer. Quizá porque una cosa sean sus objetivos públicos y declarados y otra los reales.
 
Proliferan en esto tiempos, las agendas políticas ocultas, las componendas bajo la mesa y las conspiraciones de salón que encuentran eco y aliento, en algunos medios de comunicación afines y también aumenta el número de espectadores atónitos que no dan crédito a lo que ven por mucho que lo tengan delante de los ojos. En realidad, lo que pasa es que hay cosas a las que a casi todos nos cuesta acostumbrarnos por mucho que nos den vergüenza ajena y pasen una y otra vez.
 
Por ejemplo, Lo que sucede ahora en el PSOE con esa gestora que ha tomado el poder con el mejor estilo de los viejos directorios de los partidos estalinistas de toda la vida, es para no creérselo sin que previamente le hayan pellizcado a uno. Lo último ha sido esa ocurrencia de encargar al admirado Eduardo Madina, un político querido donde los haya por la militancia y a José Carlos Díez, ese telepredicador de la Economía obsesionado con poner fin al malvado populismo que, según el, representa Podemos que elaboren unos documentos para que sean la base del proyecto socialdemócrata de futuro que asegurara la remontada.
 
A Javier Fernández y sus animosos muchachos les ha faltado decir por cuenta de quién hacen tal encargo por mucho que a estas alturas todo el mundo lo sepa, evidentemente. La encargada de poner en práctica el recetario político y económico que los dos expertos van a presentar, quizá pudiera ser una tal Susana Díaz, a quien Madina y Díez se encargarán de fabricar un traje a medida. Resulta ahora que aquellos sesudos debates de 2013, que se nos vendieron de la misma manera que se nos venden ahora estos informes que vendrán, sirvieron para nada. Pero, amigos, estos sí. Estos van a ser los buenos.
 
Lo mismo lo son, pero no deja de ser sorprendente que un grupo de personas que no ha pasado en absoluto el filtro de ver refrendado su poder por algún tipo de consulta democrática abierta a todos los militantes tome en sus manos la responsabilidad de decidir por todos ellos el proyecto político de futuro que el partido debe defender. Y no me digan, de verdad, que esto no suena a ‘castrismo’ puro y duro. O ¿nadie se acuerda ya de aquellos famosos lineamientos que Raúl se sacó de la manga para que el Partido Comunista de Cuba se acoplara a los nuevos tiempos?
 
Así que Madina y Díez van a hacer un programa bueno, bueno, con el que el PSOE volverá al Gobierno y todos seremos felices y comeremos perdices. ¿También el nuevo secretario general socialista que salga elegido en la primarias previstas para mayo? Mucho nos tememos que si la ganadora no es quien ellos quieren que sea, el traje de Madina y Díez se convertirá en un corsé con pinta de cinturón de castidad para el afortunado o la afortunada que se haga con una oficina en Ferraz. Tendrá una mesa, pero no tendrá la llave de su despacho que quizá quedé en manos de un Comité Federal que a lo mejor tiene una composición muy parecida a la de la actual gestora.
 
Estos chicos y chicas que se cargaron a Pedro Sánchez se han envalentonado desde que adornaron el cinto del que cuelgan sus revólveres con la cabellera del secretario general y parecen querer más. Han descubierto que la socialdemocracia del futuro debe parecerse sobre todo al leninismo. O más bien a aquella máxima atribuida al Rey Sol, Luis XIV de Francia que decía aquello de “todo para el pueblo, pero sin el pueblo”. El ridículo que hacen estos presuntos demócratas es tan ostentoso que convierte los ‘tuits’ de Donald Trump en una broma de barra de bar. Ellos sí que saben lo que quieren los militantes.
 
O si no es lo que quieren seguro que sí es lo que necesitan. Sobre todo porque como dijo otro ilustre componente de esa corte versallesca de los milagros que ha secuestrado al PSOE, el tal Guillermo Fernández Vara, lo bueno sería que se hiciera cargo del partido alguien que supiera “ganar elecciones”. Lástimas que las últimas encuestas demuestren que la líder a quien se refería está en caída libre en su propia comunidad autónoma. Pero ya se sabe aquello de que lo mejor es que la realidad nunca arruiné un buen titular. O una buena frase.
 
Lo curioso es que cada vez que tenemos noticias de lo que desea la levantisca militancia, no tenga casi nada que ver con lo que teóricamente desearía, según la gestora y sus voceros. Buena muestra de ello sería el varapalo sufrido en Valladolid por una de las portavoces ‘televisivas’ de Fernández, la sin par Soraya Fernández, que fue abroncada en su tierra por algunos compañeros de partido, casi todos, según parece, por defender a Patxi López, un aspirante a secretario general a quien ella no apoya, pero para quien pide respeto.
 
Por lo visto, a los socialistas vallisoletanos presentes en la reunión les parecía que el líder vasco protagoniza una operación de ‘pasteleo’, auspiciada por los mismos que presuntamente quieren convertir a Díaz en secretaria general para impedir que Sánchez, o un verdadero crítico recupere el poder en el partido para volver a llevarlo por la senda de ese izquierdismo real, aunque de rostro moderado que no se corresponde con la posición que ocupa ahora.
 
Por cierto que, además, el general invierno les ha aguado la fiesta del ‘autobombo’. Con la ola de frío y los precios de la electricidad en récord, más las estadísticas recientes que demuestran que la desigualdad cada vez es mayor -ya saben hay ocho personas en el mundo que poseen más dinero que la mitad de la población y ninguna de ellas se llama Donald Trump-, el ruido lejano de esas puertas giratorias que siempre se abren para los amigos, sobre todo si son del PSOE, se ha vuelto a hacer presente en nuestro día a día. Y el silencio se ha instalado de repente en las bocas de aquellos columnistas, tertulianos y fabricantes de portadas surrealistas que daban por hecho ese pacto entre el PP y sus aliados socialistas que había puesto fin para siempre a la pobreza energética,.
 
Pues bien, parece que, por lo menos todavía, eso no ha sido así y que la ola de frío ha pillado a muchos conciudadanos que no pueden pagar el recibo de la luz, compuestos y sin mantas. Porque aquel famoso pacto o no estaba cerrado o no era urgente o no era tal como nos lo estaban contando los jaleadores del buen hacer de la gestora socialista. Así que, y vuelvo a lo que decía al principio, cada vez resulta más difícil creer que el objetivo real de Fernández y los suyos sea recuperar el partido para “construir un proyecto ganador”. Lo mismo sí, pero no lo parece, oiga. Lo que más bien parece, o podría parecer, es que, como dicen esos militantes de Valladolid con los que enfrento Soraya: esto es un ‘pasteleo’ de libro. Aunque, ya les digo. Yo preferiría que no llevarán razón. 

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